miércoles, 30 de noviembre de 2016

TIEMPO PARA NOSOTROS


La tarde libre para los dos. Sin prisas, sin obligaciones....
Tumbados en la cama,  compartiendo besos con sabor a café y tabaco. Saboreando lentamente nuestras bocas mientras el olor a jazmín de tu perfume se acentúa con el calor de tu cuerpo.
Cada vez más pegados, cada beso más intenso. Disfrutando de tus pechos apretados contra el mio. Subiendo por la suavidad de tu muslo con mi mano, en busca de la redondez de tus nalgas.  Tu saliva caliente invadiendo mi boca al mismo tiempo que tus manos desbrochan mi camisa y se detienen apretando mis erizados pezones haciéndome gemir.
Sin dejar de besarme,  te deshaces de mi camisa y de tu vestido,  regalandome la deliciosa visión de tus sonrosados pezones, invitandome a besarlos cuando tu mano nerviosa juega sobre mi bragueta, soltando el cinturón, bajando la cremallera,  entrando dentro de mi slip, suspirando encantada al apretarla en tu mano...
Tiemblo al verte desnudarme mordiéndote golosamente los labios,  relamiendote al ver mi excitación para tumbarte a mi lado y lamer ansiosa el duro pezon que te ofrezco, sin soltarla, recorriendola con tu mano, apretando tu ardiente sexo contra mi muslo. Noto como los labios de tu sexo besan mi pierna, empapandote de ti con cada embestida de tus caderas. Cada vez más encendida, te frotas y me aprietas acelerando el ritmo, mordiendome, haciéndome jadear y agarrar tu pelo para apartarte de mi pecho y poder ver tu cara de deseo.
Me dejo hacer, gozando de tu lujuria, viendo como te estremeces entre gritos, sintiendo tu orgasmo sobre mi muslo, oyendo como gimes mi nombre cuando explotas.
Sin dejar de apretarla en tu mano, con la respiración acelerada, repites mi nombre gimiendo,  pidiendo mi orgasmo,  pidiendo verme gozar.
Sigues recorriendola arriba y abajo, llevandome al límite,  guiandome al placer, volviendome loco cuando acercas tus pechos y la acaricias entre ellos.
Te giras, mirándome con esa pícara sonrisa que me haría seguirte al mismo infierno,  susurrando que te bañe, que te regale mi orgasmo...
Y obedezco!!!
Gritando y gimiendo,  todo mi cuerpo se arquea, dándote gustoso mi cálido elixir. Tus gemidos se mezclan con los mios y vuelvo a notar como tu humedad llena mi muslo, acompañandome en una intensa explosión de placer compartido.
No puedo parar de temblar cuando me cubres con tu cuerpo y me besas jadeando, suspirando que me deseas y cada día te gusta más. Apenas logro articular entre susurros que me vuelves loco, y solo puedo abrazarte y apretar tu espalda y tus nalgas contra mi, respirandote, empapandome de ti...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

No hay comentarios:

Publicar un comentario