jueves, 30 de diciembre de 2021

ÚLTIMA TRAVESURA DEL AÑO.

¡Hola lobita!
Quiero proponerte un reto para que tengas una tarde de goloso placer a solas.
Primero debes elegir el conjunto de lencería con el que te sientas más sensual y provocativa. Luego, antes de ponértelo, busca en ese cajón privado donde guardas "tus juguetes" esas bolas chinas con las que tan buenos ratos hemos pasado. ¡Ya sabrás qué hacer con ellas antes de vestirte! El resto de la ropa queda a tu elección. Estoy seguro de que será algo combinado con esos tacones de vértigo que te encantan.
Una vez preparada sal a la calle. Puedes ir a pasear, a tomar un café o aprovechar para hacer alguna compra. Lo que te apetezca, pero que implique caminar un rato y estar fuera de casa disfrutando de la deliciosa tortura que esas diabólicas bolas van provocándote.
Puedo imaginar que en algún momento comenzarás a arrepentirte de haberme hecho caso, pero también sé que una pícara sonrisa se dibujará en tu cara gozando de ser cómplice de los juegos que mi traviesa mente crea para ti.
En el instante que te sientas terriblemente excitada saboreando esa mágica sensación, puedes volver de regreso.
Una vez a salvo en la intimidad de tu casa, ya no tendrás que preocuparte de disimular y podrás permitirte sentir con total libertad esos temblores y ese calor que nace entre tus piernas incendiando el resto de tu cuerpo. 
Déjate llevar, y mientras se llena la bañera, desnúdate lentamente frente al espejo deleitándote con esa sedosa piel erizada, recorriendo cada ardiente centímetro de esas sinuosas curvas.
Ya llegará el momento del agua caliente, la espuma y las aromáticas sales. Será cuando puedas recuperar las bolas chinas y jugar con tus dedos reglándole a tu excitado cuerpo el placer que reclama y se merece. Ese placer intenso que te hace estremecer una y otra vez entregada al deseo imparable mientras imaginas que son mis manos y mis caricias las que te conducen a un orgasmo tras otro.
Tómate el tiempo necesario en la bañera para saciar ese lujurioso apetito y cuando hayas tenido suficiente, una vez hayas secado esa sabrosa piel tuya, sírvete una copa de vino y saboréalo desnuda en el sofá repasando mentalmente cada segundo de ese embriagador desafío al que te has dejado guiar con maliciosa perversión. 
Busca un bolígrafo y un papel para terminar de complacerme describiendo con detalle lo que tu señor lobo te ha hecho sentir sin haber puesto un dedo sobre tu piel. Será un honor leerlo junto a ti antes de repetirlo paso a paso con el aliciente de sentirme relamiéndome tras de ti.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 28 de diciembre de 2021

TE MIRO.

Encontrarte dormida sobre mi cama y saborear el momento de gozar de esa angelical imagen aprovechando para deleitarme con esas deliciosas curvas. Volverme un ansioso voyeur que recorre cada rincón de tu cuerpo con la pasión de quien observa la más preciada obra de arte de su colección.
Acercarme lo suficiente para embriagarme de tu aroma sin despertarte, para que sigas con tus sueños de niña traviesa.
Viéndote así, tan dulce y relajada, se hace difícil imaginarte en esos momentos en los que la lujuria y el deseo se apoderan de ti. Pero yo conozco ese otro lado tuyo, ese en el que dejas salir a la hembra en celo que se retuerce gozando el entregarse a su señor, ese en el que pides y reclamas ser poseída y domada, ese en el que las caricias no son suficientes y buscas el placer de sentir arder tu piel gritando desencajada con cada azote que mi mano descarga sobre tus enrojecidas nalgas.
Y yo, incapaz de negarte nada, obedezco gustoso tus suplicas notando como mis colmillos se van afilando por momentos esperando el delicioso instante en el que te ofreces a saciar mi sed poniendo tu cuello a mi entera disposición para que clave en él mis dientes y te haga estremecer.
Y entonces, esa gatita mimosa que ahora duerme plácidamente sobre las sábanas de mi cama, saca sus garras arañando mi espalda poseída por los salvajes espasmos de un orgasmo entregado y sincero, y grita enloquecida suplicando que no pare.
Y yo, dispuesto a complacerte, sigo devorándote, sigo haciéndote mía, en un acompasado y frenético vaivén hasta vaciarme para ti llenándote con el cálido elixir de mi orgasmo, y tú, con la mirada inyectada de placer, gritas sabiendo que eres la culpable de mi absoluta perdición.
Pero ahora duermes tranquilamente, ajena al calor que recorre mi cuerpo mientras mis ojos se centran en como la suave tela de tus bragas se pierde entre tus redondas nalgas.
Y más tarde, mis dedos recorrerán esa cálida y húmeda tela.
Y te despertarás, o fingirás seguir durmiendo para gozar con traviesa malicia de esos temblores que erizan cada poro de tu sedosa piel.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 23 de diciembre de 2021

INFIERNO PLACENTERO.

Temblando, suspirando, con la piel erizada por los besos y mordiscos de su perverso lobo en sus nalgas.
Ofreciéndole la deliciosa imagen de sus blancas braguitas empapadas por la excitación y por las ganas de complacer a ese lujurioso amante que la enciende una y otra vez.
Gozando al sentir sus manos recorriéndola, estremeciéndose al saber que él se relame embriagándose de su olor.
 El deseo de ser poseída acelera sus jadeos, pero conoce muy bien a su señor. Sabe que él se tomará su tiempo paladeando tan suculento manjar logrando que todo su cuerpo continúe ardiendo de manera incontrolable.
Y ella se morderá los labios, se retorcerá presa de esa maravillosa locura sabiéndose afortunada de tener a tan diabólico ser volviéndola una golosa e insaciable criatura que se derrite siendo conducida al más placentero de los infiernos.
MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO
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lunes, 20 de diciembre de 2021

ERÓTICA, SENSUAL Y PERVERSA.

Con la persona correcta, con esa que te estremece con su voz, el sexo es exquisito.

Te humedece con sus palabras, y cuando te va a tomar, ya estás extasiada.

Ese sexo donde no sientes vergüenza, donde pierdes por completo el pudor y puedes mostrar tu morbo con un toque de perversión en tu dulce rostro.

Pero recuerda, mi piel no la eriza cualquiera, yo elijo con quién calmo mi ansiedad, con quién comparto mis pecados, quién posee mi cuerpo y mi mente y a quién dedico mis orgasmos.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 2 de diciembre de 2021

ES TU MOMENTO.

Relájate, disfruta de ese momento dejando que el calor crezca mientras recorre cada centímetro de tu cuerpo.

Aparta de tu cabeza las preocupaciones y los temores y céntrate en sentir las caricias y los besos que erizan tu piel.

Guía, dirige, reclama la manera en la que deseas ser devorada. Muestra sin pudor esos lugares donde el deseo se acelera llevándote a ese torbellino de sensaciones que desbocan tu pecho.

Deja que la pasión te posea hasta volverte una golosa e insaciable mujer dispuesta a pecar y a gozar sin arrepentimientos ni tabúes.

Arde, estremécete, goza de los placeres secretos descubiertos en esos juegos privados que te regalas en la soledad de tu cama. Compártelos, hazle participe de toda la lujuria que celosamente guardas para entregarla a quien se lo merezca, lo sepa apreciar y lo sepa paladear con la atención y la devoción adecuada. 

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 19 de octubre de 2021

OTOÑO.

Es otoño y quedamos un día cualquiera para un café.
Uno de esos días en que caen las hojas, hace viento y hay muchas posibilidades de que llueva.
Me visto para ti, con la falda de vuelo, las medias de red y las braguitas blancas con lacitos que tanto te gustan.
Llego, y estás ahí al fondo del bar, jugando con tu pitillera metálica para los cigarrillos de liar. Miro tus manos y un estremecimiento me recorre al pensar en ellas bajo mi falda. Sonríes antes de levantarte y abrazarme, y solo puedo cerrar mis ojos y desear que se pare el tiempo.
Nos sentamos en la mesa al lado del futbolín y veo la antigua máquina de música, y al fondo la mesa de billar. Y hablamos, y hablamos, y se hace de noche. 
Tú sin prisa, yo tampoco. Y el camarero, ya cansado, te hace un guiño y te dice que cierres y dejes las llaves en el jarrón de la entrada.
Los dos solos. Me miras con esa mirada que me hace sentir desnuda frente ante ti y me pones tan nerviosa que estoy a punto de lanzarme a comerte a besos cuando te levantas y metes una moneda en la máquina para que suene "California Blues" de Roy Orbison.
 - No soy mucho de bailar, es más, soy sordo de un pie, pero hoy me apetece bailar contigo.
Tomo tu mano y bailamos abrazados, sintiendo tu respiración en mi cuello, cada vez más cerca, más juntos. El olor de tu piel, tus manos apretándome, la música.
Tengo el pulso tan acelerado que ya no puedo más y dejo que mis labios rocen los tuyos muy despacio entre los acordes y el balanceo, sin dejar de mirarte mientras tus manos buscan el borde de mis braguitas bajo la falda. Mi lengua busca la tuya entre esos deliciosos labios y me dejo llevar por la lujuria para desabrochar tu camisa acariciando tu pecho, encendiéndome al notar tu erección en mi vientre.
La pasión y el deseo se apoderan de nosotros haciendo que nos arranquemos la ropa para luego sentarte en una silla y hacerme cabalgar sobre ti dejando que de rienda suelta a las ganas de poseerte acumuladas durante las solitarias noches en las que te sueño entre mis sábanas.
Sentirte dentro por fin hace que me vuelva loca y disfrute entregada al placer de gozar de un imparable orgasmo, explotando sobre ti, temblando cómo una de esas hojas movidas por el viento. 
Muerdo tu boca queriendo llenarme de tu sabor, con ganas de no perder ni una sola gota de tu esencia, sin poder dejar de temblar al percibir como palpitas dentro de mí.
Y la noche acaba de empezar.
Afuera suena la lluvia, pero allí adentro, el calor convierte aquel viejo bar en un embriagador infierno donde quiero arder pegada a ti. Agarrada a tu pelo, jadeo y susurro en tu oído que te deseo, que quiero más, que nunca lo he hecho en una mesa de billar.


MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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ADICTA.


 

CARTELERÍA. II



 

martes, 14 de septiembre de 2021

NERVIOSISMO INESPERADO.

Las vivencias acumuladas a lo largo de la vida te van dando una experiencia y unas herramientas en forma de una especie de sexto sentido. Todo ello te permite, algunas veces, entender ciertas cosas y actuar en consecuencia.
Pero en otras ocasiones, el prejuicio y la arrogancia de creerte poseedor de la sabiduría absoluta, te lleva a perder la oportunidad de disfrutar de la sorpresa que supone conocer a alguien y nutrirte con todo lo que pueda llegar a aportarte.
Siempre ganarás más si te dejas llevar por la magia de ese nerviosismo inesperado sin buscar respuestas inmediatas. Escuchar con atención plena a esa deslumbrante persona que ha llegado a tu vida, descubrir lo que la conmueve por dentro mientras ves ese brillo en sus ojos, dejarte contagiar por esa vibración con naturalidad y una pizca inocencia y curiosidad... saborear el momento...
Sobre todo, alegrándote por estar vivo, por volver a sentir ese cosquilleo, ese que pensabas que ya no volvería a descolocarte.
El camino, el proceso que se abre en ese instante, seguro que será divertido. Nada ni nadie puede asegurarte a ciencia cierta que vaya a ser un acierto o un error, así que, simplemente vívelo y recórrelo con sinceridad y respeto.
Ya llegará el momento de descubrir si el sabor de sus labios es tan adictivo que necesites una dosis diaria de ese embriagador néctar. Ya habrá ocasión de comprobar si sus nalgas son tan redondas y duras como te parecen cuando las miras con disimulo intentando que ella no se dé cuenta.
Y puede que tengas la fortuna de recorrer el resto de encantos que esconde ese cuerpo de pequeña diosa guerrera con tanta intensidad y entrega que llegue a convertirse en la musa que invade y altera cada uno de tus sentidos. Quizás juntos hagáis realidad con apasionada satisfacción esa antigua leyenda que dice que una relación perfecta es aquella donde ambos hablan y se tratan como mejores amigos, aquella en la que los dos juegan como niños y se protegen como hermanos además de hacerse el amor como lujuriosos pervertidos.
Pero ojo, puede que nada de todo esto llegue a ocurrir. Puede que en algún momento cada uno siga un camino distinto, pero si has disfrutado del viaje en común, habrá merecido la pena, habrás enriquecido tu vida, y esa huella, esa historia que habrá dejado en tu piel permanecerá imborrable y te hará sonreír pícaramente en los momentos más inoportunos y agradecerás el haber tenido la fortuna de que vuestros caminos se cruzaran. 

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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lunes, 30 de agosto de 2021

HASTA EL AMANECER.

Sería una falta de respeto no admirar con total atención esas bonitas piernas y ese tentador culo. Mirar sabiendo que ella es consciente de esas miradas y las disfruta orgullosa de ser recorrida con deseo por los ojos de ese lobo canoso que logra encenderla haciéndola sentirse deseada.
Más tarde, en privado, apartados del mundo y de sus hipócritas prejuicios, ella, tumbada bocabajo en la cama, espera temblorosa que él mida a besos su espalda desnuda.
Él se toma su tiempo disfrutando de las vistas mientras se quita anillos, pulseras y colgantes como a ella le gusta para que no haya nada que se interponga entre sus pieles.
Luego, con lenta delicadeza, comienza a contar los besos que pueden entrar en la sedosa y cálida piel de su espalda. Con calma, dedicando el tiempo necesario pero sin detenerse hasta llegar al borde de ese delicioso tanga que se pierde entre esas redondas nalgas que ella ofrece golosamente con ganas de sentir sus fuertes manos agarrándolas con fuerza mientras posa sus labios sobre ellas.
Pero él se salta esa parte. La tortura haciéndola esperar pero encargándose de que ella note como clava sus ojos en tan maravillosas vistas. Ella, encendida con sus palabras y con su ardiente respiración entre sus piernas, suspira pidiendo que no pare. Y él no le hace caso, sigue con su juego provocador y empieza a medir a besos cada una sus piernas llenándolas de caricias con esos mágicos dedos que saben perfectamente hasta donde llegar para que las oleadas de placer sigan guiándola al paraíso.
Una vez comprobado que sus piernas miden el mismo número de besos que la vez anterior, toca concentrarse en el blanco tanga de encaje. Ese pequeño trozo de tela ya totalmente empapado se merece su momento de caricias y besos antes de ser bajado poco a poco mientras él jadea tan cerca de ella obligándola a retorcerse al borde de la locura, tan excitada que casi le odia en ese instante. 
Toca saborear tan delicioso manjar con toda la lujuria de su boca y su lengua sin preocuparse de otra cosa que no sea gozar sin límites y hacerla retorcerse totalmente entregada a ser condenada a ese embriagador infierno en compañía de ese diabólico amante con alma de lobo.
Y aún falta que él le pida que se dé la vuelta para reiniciar el juego y comenzar de nuevo a recorrer su erizado cuerpo con más besos que abrasan su piel y la llevan a desear que esa boca siga besándola hasta el amanecer.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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sábado, 28 de agosto de 2021

ME SIENTO RENACER.

Me encanta soñarte imaginando y recordando tu traviesa lengua dibujando sobre mi piel erizada. Esas fantasías son muy buenas para mi mente y para mi cuerpo.
Pero nada se compara a esa indescriptible e inolvidable sensación que alborota mis sentidos cuando me abrazas con fuerza. En esos momentos me siento renacer.
Pasan los días sin verte y siento envidia (sana y traviesa) del sol, del aire y del agua que acarician y miman tu cuerpo por completo.
Muero por volver a tener la fortuna de morder tu boca y dejar que me guíes con dulzura y firmeza a ese infierno privado tan adictivo. Ese ardiente refugio al que nos lanzamos golosamente sin remordimientos ni arrepentimientos.
Mientras tanto, seguiré fantaseando con esas curvas diseñadas para reglar placer a quien tenga la osadía de atreverse a recorrerlas sin miedo a perder la cordura ante tan excitantes y sabrosos caminos. 
Y gozaré de tenerte como cómplice lujuriosa a quien confesar esos perversos deseos que tu presencia hace brotar en mi cabeza y que escandalizarían a la gran mayoría de los mortales.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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miércoles, 25 de agosto de 2021

NO ES EL MOMENTO...

Después de mucho tiempo sin ni siquiera ganas de hacerlo, se arregló para una cita. Se puso tacones, una falda corta y la camiseta que mejor resaltaba su escote. Pintó sus labios de rojo, y por supuesto, la más transparente y delicada lencería blanca.
De camino a su encuentro se repetía una y otra vez que se lo merecía, que necesitaba disfrutar y sentir ese embriagador cosquilleo que encendía todo su cuerpo cuando él la besaba en el cuello.
Pero en su cabeza también aparecían las excusas, los "no es el momento...", los "más adelante mejor..."
A pesar de todas esas ideas que daban vueltas en su mente, llegó a su casa. 
Él la recibió con un cálido y reconfortante abrazo y su cuerpo se estremeció haciendo que dejara de pensar. Se permitió gozar de sus besos en la oreja y de aquellas fuertes manos que recorrían y agarraban sus nalgas con descarada osadía.
Sabía muy bien como encenderla, y ella no tardó en responder con atrevidas caricias mientras sus lenguas se buscaban. Estaban en ese momento que él llamaba "el abrazo perfecto", ese que solo se da a quien realmente se lo merece y sabe agradecerlo con sincero entusiasmo, ese que acelera la respiración, ese que hace temblar las piernas, ese que lleva a desear que la ropa termine por los suelos para seguir pegados gozando de unas pieles ardientes y hambrientas. 
Un entregado y sabroso abrazo que conduce al apasionado deseo de dejarse dominar por la lujuria de los sentidos olvidándose del tiempo y del mundo.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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LA BRUJA Y EL LOBO.




 

MUJER SENSUAL.


 

miércoles, 4 de agosto de 2021

SIETE BESOS.

Sería un lujo abrir los ojos y encontrarte desnuda en mi cama. Acercarme a ese tentador culo y pegarme a él mientras te abrazo aún dormida y gozar de esa suave y sedosa piel recorriéndola con la delicadeza que se merece dejando que tu exquisito aroma me invada.
Sentir que te estremeces y te aprietas contra mí según vas pasando de los brazos de Morfeo a los míos para luego terminar de despertarte con ese íntimo y perverso ritual de los siete besos que tanto te gusta.
Besos largos, ardientes, apasionados, lujuriosos.
El primero, en el cuello, cerca de tu oreja.
El segundo al final de la espalda.
Luego, cada hermosa nalga recibiría el suyo.
Te girarías deseando recibir el siguiente en tu cálido y acogedor escote sabiendo que después llegaría el sexto, cinco dedos por debajo de tu ombligo.
Y antes de darte el séptimo, te miraría a la cara esperando que eligieras si lo quieres en los labios o en la boca.
Y los dos sabríamos que esos siete serían el principio de un inconfesable e inolvidable amanecer entregados a saciarnos el uno del otro. 
Lástima que otro día más despertemos en camas distintas y mi boca tengan que seguir soñando con regalarte siete besos, y que tu sabroso cuerpo continúe esperando recibirlos.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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lunes, 26 de julio de 2021

MIRANDO EL RELOJ.

Esta mañana salí de casa temprano para ir a trabajar y no quise despertarte. Te dejé plácidamente dormida y desnuda bajo el edredón de mi cama y me fui tratando de no hacer ruido sonriendo al recordar la maravillosa noche compartida.
Después de un par de semanas sin vernos, las ganas que ambos nos teníamos convirtieron el reencuentro en una intensa y alocada noche. 
Va a ser una jornada larga pensando en el momento de volver a estar enredado entre tus brazos y tus piernas. Y más cuando al mediodía me escribes para decirme que sigues ardiendo al repasar las escenas de tan inolvidable noche. 
El mensaje continúa con una foto tuya aún en la cama y me cuentas que no hubo ocasión para enseñarme los tres conjuntos de ropa interior que te habías comprado para estrenar conmigo, pero que los vas a dejar preparados sobre la cama y que me esperarás desnuda para que te los vaya probando con calma, sin prisa, haciendo que mis dedos los ajusten perfectamente antes de elegir con cuál de ellos quieres jugar.
Y ahora el que arde soy yo sufriendo la tortura de ver como cada segundo se convierte en una eternidad sin poder sacar de mi cabeza la imagen del cuerpo desnudo de mi perversa e insaciable cómplice de inconfesables juegos.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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viernes, 9 de julio de 2021

ATREVERME.

Tengo que admitirlo, he vuelto a mis fantasías, he vuelto a esa deliciosa nube que me tiene sonriendo a diario gozando sin pudor de haber recuperado esos hábitos tan placenteros olvidados durante tanto tiempo.
Y él sigue apareciendo, sigue devorándome con la mirada y me transporta a ardientes paraísos imaginarios donde me desnuda con los ojos haciendo que mi tanga se empape y me convierta en una lujuriosa mujer fatal que lo provoca y excita.
Y todo eso sin haber cruzado una sola palabra, sin saber sobre él nada que no sean esas penetrantes miradas que me dedica desde su mesa cuando coincidimos en las mañanas tomando el café. Miradas atrevidas que erizan mi piel. Miradas que me gustan y me encienden sin que en ningún momento me hayan transmitido nada sucio o irrespetuoso.
Algo sorprendente e inesperado que sube mi autoestima y me lleva a gozar sintiéndome atractiva y deseada hasta el punto de conseguir que vuelva a casa con una enorme sonrisa y un cálido cosquilleo entre las piernas. 
Después de tanto tiempo creyéndome invisible a los ojos de los hombres, ahora, un completo desconocido me hace jugar a solas frente al espejo fantaseando con ser desnudada por sus ojos, por sus manos, por su boca. He vuelto a comprar atrevidos conjuntos de ropa interior, he vuelto a ponerme minifaldas y vestidos cortos esperando que él mire con descaro mis piernas. ¡Y vaya si lo hace!
Pero todo termina ahí. No he visto todavía un gesto suyo que indique un mínimo intento de acercamiento. Solamente ese juego de intensas miradas con las que mi cuerpo se enciende y que han hecho que esa imagen se haya quedado fijada en mi alborotada mente para llevarme a soñar a diario con ser recorrida por sus dedos.
A veces pienso en dar yo el paso y acercarme a él. Pero rápidamente saltan las alarmas y los miedos por culpa de esa educación en la que me enseñaron que la mujer debe esperar a que sea el hombre quien actúe primero. Una idea obsoleta hoy en día con la que tengo que luchar a diario pensando lo ridículo de la situación, pero una idea tan grabada a fuego en mi cabeza que me hace dudar para terminar enfada conmigo misma. 
Sigo disfrutando al verlo cada mañana y sigo jugando a solas en mi cama, pero cada día me prometo a mí misma que la próxima vez me levantaré, me sentaré a su lado y le diré que nadie me ha mirado como él lo hace, que esas miradas han despertado inconfesables pasiones olvidadas, que me hace temblar de manera deliciosa e incontrolable, que muero por descubrir el sabor de sus labios.
Ahora solo falta reunir el valor suficiente para atreverme a cumplir esa promesa.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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miércoles, 30 de junio de 2021

NUEVA VECINA.

Vivir en un ático tiene muchas cosas buenas. Una de ellas, y la que más me gusta, es poder tomar el sol desnuda y después darme una ducha fría para vestirme a esperar que él llegue del trabajo.
Una ajustada camiseta blanca de tirantes, marcando bien mis grandes pechos, y un pareo blanco sin nada debajo, como a él le gusta y a mí me enciende, para que pueda acariciarme con esas fuertes manos suyas que saben cómo excitarme.
Solo de pensarlo, ya siento mis pezones apretarse contra la camiseta y un delicioso cosquilleo entre las piernas, y aún faltan casi dos horas para que llegue. Prepararé café y algo para cenar, que si sigo pensando en él...
En ese instante suena el timbre de la puerta.
 - ¡Hola! Perdona que te moleste, soy Marta, llevo un par de semanas viviendo en el piso de al lado y no pude pasar antes a saludar.
 - ¡Hola, bienvenida! Me llamo Silvia, estaba haciendo café, ¿te apetece?
 - Nunca digo que no a un buen café, además, he hecho galletas para vosotros.
 - Un detalle por tu parte. Adelante, vamos a la cocina que ya suena la cafetera.
 - Te sigo.
 - Ni me había enterado que teníamos vecina nueva.
 - Llegué hace quince días, pero entre la mudanza y la oficina, todavía estoy con todo a medias.
 - ¿Y vives sola?
 - Pues si, llevo casi un año sola. Surgió un puesto aquí y ni me lo pensé. Nueva ciudad, nuevas oportunidades.
 - Suena muy bien. Espero que te vaya genial.
 - Esa es la idea. Ya tengo ganas, después de un año con un chico sin que funcionara, y de dos con una chica con la que tampoco resultó, a ver si de esta la cosa cambia un poco.
 - Seguro que sí. Eres joven y muy guapa, ya verás como todo va muy bien. Así que un chico y una chica, ¿compañeros de piso o parejas?
 - Pareja los dos. Parecerá raro, pero no tengo claro cual fue peor.
 - Lo siento, nunca se sabe cómo van a salir las cosas.
 - Es verdad. Por cierto, muy bueno el café.
 - Me alegra que te guste. Y tus galletas muy buenas, ¿eres una cocinitas? Yo soy muy básica para la cocina, Marcos es más de preparar cosas cuando tiene tiempo.
  - Así que además cocina bien.
 - ¿Además?
 - Por lo que oigo por las noches hace muy bien otras cosas. Aunque claro, viéndote a ti, ¡no me extraña!
 - ¿Nos oyes?, ¡qué vergüenza! ¡Perdona!
 - No, para nada. Es muy agradable oír a dos personas disfrutar con esa pasión.
 - ¡No tenía ni idea que se nos escuchaba!
 - Mi habitación coincide pared con pared con la vuestra por lo visto, y estos edificios nuevos tienen tabiques de papel. Además, hace calor y duermo con la ventana abierta y parece que vosotros también.
 - ¡Madre mía, no sé qué decir!
 - Tranquila, no he venido a quejarme. Al contrario, gracias a vosotros he recuperado costumbres abandonadas, no sé si me explico...
 - ¿Me estás diciendo qué te excitas oyéndonos?
 - Creo que decir me excito se queda corto. Sería más correcto decir que cuando os oigo dejo que la pasión me recorra por completo.
 - ¡Vaya! Esto está empezando a resultarme incómodo. 
 - Lo siento, no era esa mi intención. Quería conocerte, sentía curiosidad por saber como era la diosa salvaje que escucho casi todas las noches. Pero ahora me doy cuenta de que no era tan buena idea.
 - Entiéndeme. Te presentas y me sueltas esa bomba, y no estoy acostumbrada a que una mujer me mire como tú lo estás haciendo. 
 - Es que me he quedado corta imaginándote.
 - Me estás poniendo muy nerviosa. Es todo muy extraño para mí.
 - ¿Ninguna mujer te ha dicho que eres una criatura deliciosa?
 - No, nunca. Y menos con esa mirada.
 - ¿Y siempre te vistes así para tomar el café?
 - Me gusta sorprenderle, y no esperaba una visita tan turbadora. 
 - ¡Pues esta visita turbadora está haciendo esfuerzos para no besarte!
 - Para, para. Esto se está descontrolando. Me halaga tu interés, pero pensar en engañar a Marcos no está en mis planes, ¡y menos con una mujer!
 - Lo entiendo y lo respeto. Pero hazme un favor, no dejéis de ser tan ardientes.
 - No sé qué decirte. ¡Se me va a hacer difícil no pensar que estás al otro lado! Y deja de acercarte y vete por favor, Marcos está a punto de llegar y no sabría explicar este temblor de piernas y este sofoco.
 - Lo dicho, una deliciosa y adorable criatura. Espero poder invitarte otro día a galletas en mi casa.
Marta se despide con un beso tierno cerca de la comisura de los labios apretándose contra ella mientras la agarra delicadamente por la barbilla y luego sale de la cocina contoneándose para volverse a mirarla pícaramente por encima del hombro. 
 - Nos vemos vecina.
Y Silvia se sorprende a sí misma suspirando profundamente mirando la puerta por donde acaba de salir aquel torbellino de mujer que la acaba de dejar con el corazón latiendo aceleradamente y con una sensación de cálida humedad entre las piernas.
Poco tiempo después llega Marcos y al encontrarla tan provocativa y excitada, no duda un segundo en llevarla al sofá para recorrerla con sus manos y su boca. Silvia no se hizo de rogar, pero entre susurros y mimos, le convence para hacerlo en silencio, sin ruido, buscando un juego distinto al que él se apunta gustoso. Era incapaz de negarle nada a su diosa.
Aún después del intenso momento compartido, Silvia sigue con la inquietante visita de Marta en su cabeza. Luego, tras la cena, unos mimos viendo una película en la cama hasta que a él le puede el cansancio y se queda plácidamente dormido y ella cierra los ojos buscando que el sueño la invada.
Pero lo único que consigue es ver de nuevo los labios de Marta acercándose a su cara y pensar que está al otro lado de la pared posiblemente también desnuda en la cama. Casi inconscientemente, sus manos comienzan a recorrer su pecho y a acariciar unos pezones tremendamente erizados mientras recuerda como ella la miraba por la tarde.
Una mano comienza a bajar por su cuerpo hasta llegar a su empapada entrepierna y le arranca un gemido que le hace recordar que Marcos está a su lado. Por un instante, la sensación de estar engañándole, el remordimiento por no haberle contado nada, se apodera de ella y la asusta. Además, excitándose con una mujer cuando nunca había sentido ningún tipo de interés ni de curiosidad. Su cabeza vacila con tan inesperada situación. Una tormenta de dudas la asaltan, pero lo que no puede negar es la tremenda excitación que todo aquello le estaba provocando y sus dedos comienzan a acelerar el ritmo dándole un placer que la hace estremecerse y le obliga a morderse los labios para no jadear sumida en un orgasmo rápido y delicioso, tan intenso como los que sentía de adolescente y con esa misma sensación final de culpa que tenía completamente olvidada.
Termina por enroscarse en la sábana, temblado, mirando a Marcos, pero pensando en Marta y deseando que ella también se hubiera masturbado pensado en ella. Queriendo dormirse para no pensar en una tarde tan inesperada y que por la mañana todo vuelva a la normalidad.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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PECADOS...


 

martes, 15 de junio de 2021

CARA A CARA.

Hacía meses que conversaban a través del Facebook, y hoy, viernes tarde, por fin había llegado el momento de conocerse en persona.
Ella llevaba tiempo queriendo tener ese encuentro, y aunque había tratado de no dar esa impresión, realmente estaba nerviosa e inquieta.
Cara a cara, compartiendo cafés, con conversaciones banales, repitiendo cosas ya habladas. Todo muy correcto.
Pero no podía apartar la mirada de aquellos ojos que parecían capaces de radiografiarla por completo. La estaba mirando como si fuera magia, haciéndola sentirse especial. Sentía sus ojos pasando por su cara casi como una caricia. ¡Y esa sonrisa!
Se encontraba tan a gusto que la inquietud dio paso a una cálida sensación. Podría haberse detenido el tiempo y ella no se habría dado cuenta.
Dejó que él continuara hablando y comenzó a recorrer su cara, su boca, su camisa ligeramente desabrochada, sus manos. Por su mente cruzó por un segundo la imagen de aquellas manos acariciando su nuca y su espalda.
Esa imagen hizo que un escalofrío recorriera su columna y su piel se erizara de tal manera que pudo sentir sus pezones rozar contra el encaje del sujetador.
Con un pequeño esfuerzo, volvió a la realidad y subió la vista para pillarle mirando su escote. Menos mal que la blusa era amplía y no se notaría la incipiente erección de sus pezones. Él balbuceó intentando disimular, pero un ligero rubor lo delató más todavía.
Aquello a ella le pareció tan tierno que volvió a desear sentir sus manos sobre ella y de nuevo su piel tembló.
Por un instante, fue como si él hubiese podido leer su mente, y su mirada se volvió más intensa y penetrante. El tímido rubor se transformó en un gesto osado, seguro, y ella se dio permiso para relajarse y disfrutar de la cálida sensación que empezaba a recorrer sus muslos bajo la corta falda.
Él acercó su cuerpo sin apartar la mirada, y una mano se deslizó bajo la mesa para acariciarla suavemente por encima de la rodilla.
Y entonces, ella supo que la noche sería mucho más larga de lo que se había imaginado.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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miércoles, 2 de junio de 2021

Kyra, Legna, Sombra y Bruma.

Hace miles de años, las brujas y los dragones desparecieron de la faz de la Tierra. O al menos, eso es lo que creen los humanos.
En realidad, cuando los Dioses Creadores concedieron a los mortales el libre albedrío dándoles así la libertad de gestionar y decidir su vida, acordaron dejar a ambos en un estado de letargo para tener la opción de poder despertarlos en caso de una amenaza que no viniera de las propias decisiones tomadas a raíz de las libres iniciativas humanas. 
Todos los dragones y todas las brujas quedaron sumidos en un profundo y eterno sueño. Todos menos uno de cada especie.
El Señor de los Dragones pasó a ser uno más de los simples mortales, renaciendo y viviendo como cualquier otro humano a la espera del momento en que fuese necesario que tomara de nuevo la espada blanca del heredero de la Estirpe del Dragón.
La Reina de las brujas mantuvo sus poderes y su inmortalidad para ser la guardiana de la espada y poder así entregarla a su legítimo heredero, el único capaz de empuñarla para despertar y guiar al poderoso ejército de los dragones y a sus jinetes, las indomables brujas.
Y el momento había llegado. Una fuerza alienígena, superior en tecnología, armas y fuerzas se disponía a invadir la Tierra. La raza humana corría peligro de ser diezmada y los supervivientes convertidos en esclavos sometidos a la voluntad de una raza proveniente de una galaxia lejana.
Kyra, la Reina bruja, sabía que no había mucho tiempo. Caminaba decidida y a la vez excitada a encontrarse con Legna. Miles de años vigilándolo sin poder acercarse a él y ahora por fin lo despertaría y volverían a cabalgar y luchar juntos. No podía dejar de pensar en estar de nuevo entre sus brazos y volver a sentir esa pasión desbordante al entregarse al único ser capaz de hacerla estremecer.
Con Orión, la espada blanca de su señor guardada en la mochila, entró en la cafetería donde él tomaba su café cada mañana como un humano más, ajeno a todo lo que estaba a punto de suceder y sin tener la más mínima idea de su verdadera esencia.
A Kyra se le aceleró el corazón al verlo de nuevo, y pudo percibir como unas gotas de sudor corrían por su espalda. Intentando controlar el ligero temblor de sus piernas se sentó a su lado viendo su cara de sorpresa al ver como una impresionante y desconocida mujer le sonreía sin dejar de mirarlo fijamente con aquellos brillantes ojos negros. 
Ella entendió que sería complicado explicarle a una mente humana toda aquella historia, así que mejor actuar. Se lanzó a su cuello y sus bocas se juntaron en un beso largo, intenso y sincero, y pudo sentir como él temblaba saboreando su boca. Cuando sus labios se separaron, pudo ver el desconcierto reflejado en su cara y supo perfectamente que toda la información había llegado a su cerebro con la fuerza y la intensidad de un embalse que se rompe y arrasa inundándolo todo a su paso. Era el momento de dar el siguiente paso. Tomó su mano y salieron de allí hacia un lugar con más privacidad y alejado de miradas curiosas.
Sin cruzar palabra, en la soledad de su apartamento, ella se quitó toda la ropa para luego desnudarlo antes de entregarle a Orión. Instantes después, Legna Lobo Negro renació como Señor de los Dragones asumiendo y aceptando el destino que para él había sido elegido, entendiendo el poder y la responsabilidad que suponía empuñar esa espada. Ahora comenzaba el despertar de su fiel y valeroso ejército, y poco a poco se irían reuniendo al lado de su capitán para enfrentarse al enemigo sin ningún tipo de vacilación. 
Legna Lobo Negro, Señor de los Dragones, heredero de la Estirpe, portador de Orión. A su lado, su amante, su guardiana, Kyra, la Reina de las brujas. Otra vez unidos, poderosos e inmortales, con ganas de poseerse tras interminables siglos de separación, no pudieron más que abrazarse dispuestos a devorarse con lujuria para aprovechar el poco tiempo que les restaba de intimidad antes de la llegada de sus leales.
La pasión se desbordó en aquel pequeño cuarto. El universo seguía a su ritmo, pero ellos estaban en una burbuja donde solo existían sus cuerpos, su deseo y su eterno amor incondicional. 
Una vez saciados, se prepararon para la llegada del primero de sus nobles compañeros. Ambos sonreían pensado en ver de nuevo a Sombra, el grandioso dragón negro sobre el que Legna cabalgaría. Luego aparecería Bruma, la montura de Kyra, y tras ellos irían llegado el resto de poderosas brujas y valientes dragones.
Corrieron cogidos de la mano hacia la azotea y llegaron justo a tiempo para ver a Sombra posarse sobre ella para acercarse radiante y orgulloso a su señor. No muy lejos, vieron la silueta inconfundible de Bruma acercándose en el momento en que algo parecido a un ensordecedor bramido atronó los cielos y de entre las nubes, comenzaron a aparecer entre deslumbrantes relámpagos las naves grises de los Krull.
La batalla por la Tierra había comenzado. 
Una batalla entre un ejército alienígena y un ejército mitológico que decidiría el futuro de unos humanos incapaces ni tan siquiera de creer en la existencia de tales criaturas.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 25 de mayo de 2021

TENTADORA CONFESIÓN (TERCERA PARTE)

Ya ha pasado una semana desde la barbacoa en casa de tus padres pero no han llegado nuevas cartas a mi buzón, y lo admito, las echo de menos.
No logro sacar de mi cabeza la imagen de tu escultural figura saliendo empapada de la piscina. Y tampoco puedo dejar de pensar en esas miradas con las que me encendías toda la tarde mientras sudaba tratando de disimular mis ganas de comerte enterita.
Cada mañana, bajo los chorros de agua caliente de la ducha, sueño despierto que entras en la bañera y nos enjabonamos antes de poseernos lujuriosa y frenéticamente. Pero ya es sábado de nuevo y sigo sin saber nada de ti, y estoy nervioso y alterado sin la droga de esas cartas perfumadas llenas de excitantes confesiones. Esas cartas con las que me has llevado a la adicción.
No tengo tu teléfono, y llamar a tu padre preguntando por ti resultaría complicado de explicar. Así que se me ocurre acercarme con la excusa de haber perdido un mechero, un zippo grabado que recordaba haber llevado el día de la barbacoa, esperando poder encontrarte y, por lo menos, disfrutar recorriéndote con la mirada.
Cuando llego y toco el timbre de la entrada, ese "plan perfecto" que traía en mi cabeza ya no resulta tan impecable y tengo que carraspear para disimular mi tartamudeo cuando tu padre abre la puerta con cara que alguien a quien acaban de fastidiar la siesta. Tras la sorpresa inicial, unas risas y unos cafés, y evidentemente, no tiene ni idea de ese encendedor que yo sé perfectamente que está en mi casa, en mi escritorio, pero ni rastro de ti.
Mientras conversamos cordialmente, mi cabeza no para de buscar la manera de preguntar por ti sin que resulte forzado, y al final logro averiguar que te has ido esa mañana a Madrid a pasar un par de semanas con una amiga que lleva ya unos meses trabajando en una empresa de telecomunicaciones y ver la posibilidad de conocer el sitio y dejar algún currículum en la empresa o en otras similares para tener la oportunidad de acumular experiencia laboral en tu especialidad.
Intento disimular el jarro de agua fría y desvío la conversación a temas más banales apurando el segundo café. Un rato después, con el pretexto de hacer la compra para la semana, vuelvo a mi coche a rumiar mi decepción conduciendo a casa.
Sé que tu vida tiene un rumbo y un ritmo distintos a los míos, pero me entristece pensar que ese bonito y adictivo juego al que me había enganchado tenga su final. Comprendo perfectamente que cualquier otra situación sería compleja y tendría difícil solución, pero eso no alivia la sensación de perdida y vacío que se instala en mi mente.
Absorto en esos pensamientos, no le presto mucha atención a una chica con sudadera con capucha y maleta de ruedas que se acerca a mi portal cuando entro con el coche al garaje, pero algo me hace parar en el portal en vez de subir directamente a casa para comprobar que la chica sigue esperando que le contesten en el telefonillo. Camino hacia ella con la intención de preguntarle si puedo ayudarla cuando ella se gira y me mira dejándome clavado al otro lado de la puerta de cristal.
Acierto a moverme y abrir la puerta y solo consigo preguntar qué haces allí antes de que te lances a mi cuello y me devores con esos perfectos labios carnosos que me transportan al mismísimo cielo. Sin otra reacción que responder a tus besos, vamos abrazados hacia el ascensor y allí me confiesas qué sabes que no está bien, qué has engañado a tus padres, qué tenías que haberme avisado antes, pero ya no podías más, habías roto tres cartas después de haber sufrido el sábado pasado teniéndome tan cerca y sin poder tocarme.
Me explicas que escribirme había sido algo maravilloso, pero la excitación y el deseo te dominaban y necesitabas convertir en realidad todos los inconfesables sueños que habías imaginado noche tras noche. Antes de entrar en mi casa, me cuentas también que entiendes con claridad lo enrevesado de todo aquello y que asumes y aceptas cualquier decisión que yo me vea obligado a tomar. 
Pero ya no puedo hacer otra cosa que no sea besar esa boca, ya he probado el néctar de esos sabrosos labios y mi rendición ya es definitiva. Estoy totalmente entregado a gozar contigo del paraíso de los sentidos con absoluta convicción. Solo puedo pensar en tenerte desnuda entre mis brazos como si el mundo se fuera a acabar mañana.
Y es que no existe mejor complemento para un reconocido pecador como yo que una traviesa criatura capaz de confesar sus más íntimos y perversos deseos sin pizca de arrepentimiento.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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viernes, 21 de mayo de 2021

ADICTA...

Adicta ser recorrida por tus mágicos dedos.
Adicta a esa boca capaz de detener el tiempo con sabrosos y ardientes besos.
Adicta a ser cómplice de cada uno de tus perversos juegos.
Adicta a disfrutar de esa cálida humedad que empapa mi ropa interior con solo pensarte.
Adicta a buscar nuevos tangas para que tú los estrenes.
Adicta a dejar salir, sin ningún tipo de pudor, a esa criatura sensual y provocadora que escondo para otros bajo esa coraza de mujer fría y distante.
Adicta tus mimos.
Adicta a tu apasionada lujuria.
Adicta a gozar de esas excitantes nalgadas con las que me enciendes y estremeces para premiarme y aumentar mi deseo de ser tuya.
Adicta a coleccionar momentos inolvidables enredada entre tus brazos bajo las sábanas revueltas de tu cama.
Adicta a ti mi señor Legna.

MICHEL GARCÍA
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martes, 18 de mayo de 2021

LA BRUJA Y EL LOBO.

El viejo lobo negro, hechizado y deslumbrado por la bruja negra del norte, se relame mientras olisquea el aire del anochecer buscando descubrir el rastro que su presencia deja según se va acercando. 
Puede oler su cálido aroma desde lejos, sentir como se eriza su piel, como sus sentidos se ponen en estado de alerta y notar como sus colmillos se afilan pensando en devorar cada una de sus maravillosas curvas con la atención y la delicadeza que se merecen.
Esa hechicera de sedosa piel supo desde el primer instante seducir al fiero lobo y llevarlo a su terreno para que él fuese poco a poco entregándose a ella. Él la devoraba con toda su pasión creyendo tenerla a su merced, pero no pudo más que reconocer que entre los brazos de aquella voluptuosa mujer se volvía un tierno y obediente cachorro necesitado del ardiente cuerpo de aquella poderosa y adictiva criatura capaz de desatar tormentosas pasiones.
Luego llegaba la calma. Una tranquilidad placentera y reconfortante para un lobo solitario necesitado de caricias y poco acostumbrado a recibir cuidados y tiernas atenciones. Y eso era aún más adictivo y desconcertante, y le llevaba a buscar, cada vez con más frecuencia, el maravilloso refugio que ella le ofrecía gustosamente entre sus piernas.
Quería mirarla, olerla, tocarla, saborearla. Buscaba poseerla, saciarse de ella y gozar de esa brillante mirada de placer con la que ella lo recibía sabiendo que la lujuria se desataría, que el tiempo se detendría y que ya sería imposible saber cuál de los dos se convertiría antes en fiera hambrienta. 
Y tampoco importaba quién se comería a quién.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 11 de mayo de 2021

NO TENGO REMEDIO.

En cuanto tu hermoso culo se acerca, mis manos se lanzan como impulsadas por un resorte con ganas de agarrarlo y recorrerlo con devoción y lujuria.
Y tú no esquivas mis caricias. Es más, las provocas y las reclamas sin ningún tipo de reparo, sin disimular que te gustan y te excitan.
En cuestión de segundos comienzan los incendios que recorren la piel, y poco a poco la ropa va quedando en el suelo para terminar abrazados gozando de ese ardiente deseo que nos domina.
Reconozco que no tengo remedio, y confieso que no tengo intención de cambiar.
Tu cuerpo es ese delicioso manjar que siempre querré saborear. Tus gemidos y tus jadeos, la perfecta banda sonora que alborota mis demonios. Tu cara de niña traviesa que disfruta golosamente, el mejor regalo del universo.
Y tu culo, la tentación perfecta, la irresistible invitación que me lleva a convertirme en un inconfesable pecador que no piensa arrepentirse jamás.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 6 de mayo de 2021

UN DÍA INOLVIDABLE.

Me encanta encontrarte paseando en bragas por mi cocina con el café recién hecho.
Me siento a admirar tu sinuosa figura mientras te acercas con esa pícara sonrisa a sentarte en mis piernas para compartir besos con sabor a café y caricias traviesas.
Un placentero momento que saboreamos juntos con sincera lujuria sin más preocupación que la de decidir si volvemos a la cama a seguir devorándonos o si antes compartimos agua caliente y gel de coco en la ducha.
En cualquier caso, las manos tomaran de nuevo el control para recorrernos sin prisa y la respiración se acelerará mientras nuestros cuerpos buscan enredarse al compás de los jadeos que lo invaden todo hasta terminar una vez más exhaustos, temblorosos, sudados y saciados.
Será un domingo intenso y lujurioso, un día inolvidable en el que no nos importará nada de lo que suceda más allá de las paredes de nuestro refugio privado, ocupados simplemente en regalarnos placer y dar rienda suelta a ese deseo que alborota nuestras mentes cuando las pieles se funden sin saber donde termina una y empieza la otra.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 1 de abril de 2021

TENTADORA CONFESIÓN (SEGUNDA PARTE).

Siguen llegando a mi buzón esos inconfundibles sobres de colores con tu cuidada y elegante caligrafía. Y no puedo hacer otra cosa que olerlos en cuanto acaban en mis manos.
En el ascensor, los abro con la delicadeza que se merece tan sugerente tesoro para volver a llenarme con el adictivo aroma que empapa cada folio. Ese con el que logras hacerme temblar antes de leer ni una sola palabra.
Ese mágico ritual previo se completa con la búsqueda de la correspondiente foto. Te has convertido en toda una experta consiguiendo posados sensuales que transmiten la esencia de ese cuerpo de diosa felina creado para conducir al pecado al más puro y casto de los mortales.
Y no soy yo el mejor ejemplo de santidad, así que disfruto sin arrepentimiento de esos momentos antes de sumergirme en esas ardientes líneas en las que me cuentas con todo lujo de detalles como tu cuerpo se enciende mientras piensas en mí desnuda en la cama, en la ducha, o jugando ante la cámara con esa espectacular lencería. Me hablas también de ese continuo sueño, ese en el que te metes en mi cama y dejamos que el mundo siga girando mientras el tiempo se detiene para nosotros sin dejar de comernos hasta saciar el deseo acumulado durante todos estos meses.
Cada renglón, cada párrafo, cada confesión me hace temblar admitiendo que deseo lo mismo. Y me estremezco pensado en como terminaría mi cuerpo en manos de una excitada y hambrienta veinteañera. Pensamientos que me conducen a un perturbador nivel de excitación al que ninguna otra mujer me había conducido.
Me cuentas orgullosa, con picardía, los instantes en los que aparezco por casualidad en tu mente y como, de manera automática y sin que puedas evitarlo, un cosquilleo recorre tu cuerpo y el calor sube por tus muslos para terminar humedeciendo tus braguitas hasta obligarte a tener que buscar un lugar privado donde calmar ese incendio que brota entre tus piernas.
Tantos detalles y tan bien descritos que no me supone ningún esfuerzo visualizar esas escenas y recrearlas en mi mente, hasta que, una vez calmada la excitación, recuerdo con claridad quién eres y quién es tu padre, y aparece la culpabilidad, haciendo que me sienta mal y me prometa terminar con este juego antes de lograr que esto llegue a dañar a alguien.
Un propósito firme que se instala en mi cabeza a base de repetírmelo durante toda la semana. Una idea clara y concreta con la que llego el sábado a la barbacoa a la que tu padre me ha invitado.
Ya en el jardín, ayudo a mi amigo con los preparativos mientras charlamos compartiendo unas cervezas. Van llegando los demás invitados y no tardo en comprobar que tus padres han vuelto a repetir el intento de presentarme a algunas amigas solteras o divorciadas. No es algo que me agrade, pero admito que sería una buena idea conocer a alguien y así tratar de apartarme poco a poco de esa obsesiva y continua manera de no pensar en otra mujer que no seas tú.
Trato de ser cortés y me dejo llevar por la situación. Sobre todo cuando Marta, una atractiva mujer de bonita sonrisa, se acerca y muestra un claro interés por mi libro sin disimular un evidente coqueteo. 
No voy a negarlo, me siento halagado al tener tan agradable compañía, pero todo se desvanece cuando apareces con un pequeño y sugerente bikini blanco. El calor de la primaveral mañana junto al calor de la cercana barbacoa más el cálido y apretado abrazo con el que me saludas, convierten mi cuerpo en un volcán a punto de entrar en erupción, y ya no puedo apartar la mirada de tu sinuoso cuerpo y sigo admirándolo mientras te lanzas a la piscina. Veo tu silueta bajo el agua y me estremezco cuando sales empapada y te tumbas en una toalla para secarte al sol.
No sé que me ha preguntado Marta. Mi cabeza ha bloqueado todo lo que no sea ese húmedo cuerpo de diosa y ese bikini mojado que empieza a transparentarse resaltando cada detalle de tus maravillosos encantos. 
Intento disimular y seguir la conversación dándole la espalda al espectáculo que hipnotiza mi mente. La idea es no mirarte, tratar de pensar que no estás tumbada y radiante a pocos metros. Pero mi cabeza es incapaz de borrar es imagen y no logro contestar más que con simples monosílabos las preguntas de aquella mujer que no deja de hablar aceleradamente buscando despertar mi interés.
Poco después pasas a mi lado para decirle a tu padre que vas a darte una ducha y cambiarte antes de ayudarle a poner la mesa y te vas hacia dentro de la casa girándote en el momento justo para pillarme con los ojos clavados en tu maravilloso culo. Tu sonrisa pícara de triunfo deja claro que te alegra haber logrado tu objetico y en mi cabeza comienzo a imaginarte en la ducha desnuda, completamente enjabonada.
Una absoluta locura. Una tortura que me temo que seguirá durante todo el tiempo que esté allí, tan cerca de tu piel, tan lejos de tocarte.
Me sorprendo contestando a Marta sin saber de qué me está hablando. No puedo más que aceptar mi total rendición a tus atrevidas travesuras y comienzo de nuevo a desear que llegue la siguiente carta esperando que haya una foto tuya en el baño, en bikini o sin nada... 

Continuará...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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