domingo, 27 de diciembre de 2020

TODAS LAS NOCHES.

Desnuda, despeinada, erizada, sudada, con las piernas temblando por el intenso orgasmo que acabas de tener sobre la mesa del escritorio.

Así es como deberías ser abrazada cada noche antes de meterte en la cama. Con un abrazo largo, sincero, apretado, con besos suaves en el cuello y agarrones fuertes de nalgas. Un abrazo golosamente disfrutado por ambos.

Así todas las noches. Y luego acostarte enroscada al cálido cuerpo de ese demonio travieso que saca tu lado más ardiente y salvaje.

Para que las sábanas sean silenciosos testigos de esos inconfesables pecados a los que la pasión y el deseo os conducen entre gemidos y besos interminables que conviertan la noche en eterna e inolvidable.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados


domingo, 13 de diciembre de 2020

INOLVIDABLE AMANECER.

Echo de menos alargar mi mano bajo las sábanas hasta encontrar tu maravilloso culo para despertarte con esas nalgadas delicadas y perversas que tanto te gustan y te hacen suspirar. Esas que sacan tu lado más goloso y te hacen gemir un buenos días que suena a música celestial.

Necesito volver a sentir como te estremeces cuando me pego a tu espalda susurrando en tu oído que tengo ganas de comerte enterita.

Añoro ver como te giras con los ojos brillantes con ganas de devorar mi boca y enredarte entre mis piernas para llenarme de ese aroma a loba en celo. 

Ver esa carita de niña viciosa que se relame cuando mis dedos recorren el encaje caliente de tus pequeñas braguitas blancas, y que me mires excitada, que me ofrezcas esa humedad que las empapa reclamando las caricias que te hagan enloquecer antes de suplicar que te las quite.

Y relamerme mirando ese cuerpo desnudo y encendido que grita sin palabras pidiendo ser poseído y conducido al lujurioso momento en el que se desata ese adictivo terremoto en el que nos regalamos otro inolvidable amanecer antes de meternos juntos en la ducha con las piernas temblorosas y con ganas de continuar acariciándonos.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados


martes, 8 de diciembre de 2020

CUERO ROJO.

Te puedes encontrar con múltiples Caperucitas en los lugares más insospechados. No hace falta ir a buscarlas al bosque, se mueven con total naturalidad entre nosotros con la seguridad de saber que muy pocos pueden percibir su verdadera esencia.

A lo largo de los años (y ya son unos cuantos), he tenido la suerte de disfrutar del placer de descubrir la presencia de alguna de esas criaturas bendecidas con esa mezcla de picardía y sensualidad que las convierte en irresistibles mujeres capaces de encender pasiones a su paso.

Y una vez más volvió a ocurrir. Sin contar con ello, apareció de la nada una corta falda de cuero rojo que despertó al instante mi traviesa curiosidad.

Imposible no mirar. Imposible no buscar el borde de esa tela recorriendo con la mirada la sugerente forma de unas atractivas piernas.

Con cada movimiento suyo, mi imaginación volaba tratando de imaginar lo que se escondía bajo esa ceñida tela que se ajustaba sobre sus caderas.

Sobra decir que mi mente traviesa creaba lujuriosos recorridos en busca del final de sus medias hasta encontrar el cálido tacto de una piel sedosa que, en mi fantasía, se erizaba con el roce de las yemas de mis dedos. Y ella, seguramente ajena a lo que provocaba en mí, cambiaba de postura inocentemente alimentando mi fantasía.

Luego se levantó, y la perfecta redondez de sus nalgas se marcó bajo su falda. Y el tiempo se detuvo, y ya no pude apartar la mirada de sus curvas agradeciendo al universo el inesperado regalo que me hacía poniendo ante mí la sugerente figura de esa tentadora presencia disfrazada de angelical Caperucita de falda de cuero rojo, esa que en mis inconfesables sueños se mostraba radiante y provocativa con solo esa pequeña y excitante prenda y se transformaba en un ídolo pagano ante cuyo altar me postraba poseído por el pecado de la lujuria carnal.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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