martes, 25 de mayo de 2021

TENTADORA CONFESIÓN (TERCERA PARTE)

Ya ha pasado una semana desde la barbacoa en casa de tus padres pero no han llegado nuevas cartas a mi buzón, y lo admito, las echo de menos.
No logro sacar de mi cabeza la imagen de tu escultural figura saliendo empapada de la piscina. Y tampoco puedo dejar de pensar en esas miradas con las que me encendías toda la tarde mientras sudaba tratando de disimular mis ganas de comerte enterita.
Cada mañana, bajo los chorros de agua caliente de la ducha, sueño despierto que entras en la bañera y nos enjabonamos antes de poseernos lujuriosa y frenéticamente. Pero ya es sábado de nuevo y sigo sin saber nada de ti, y estoy nervioso y alterado sin la droga de esas cartas perfumadas llenas de excitantes confesiones. Esas cartas con las que me has llevado a la adicción.
No tengo tu teléfono, y llamar a tu padre preguntando por ti resultaría complicado de explicar. Así que se me ocurre acercarme con la excusa de haber perdido un mechero, un zippo grabado que recordaba haber llevado el día de la barbacoa, esperando poder encontrarte y, por lo menos, disfrutar recorriéndote con la mirada.
Cuando llego y toco el timbre de la entrada, ese "plan perfecto" que traía en mi cabeza ya no resulta tan impecable y tengo que carraspear para disimular mi tartamudeo cuando tu padre abre la puerta con cara que alguien a quien acaban de fastidiar la siesta. Tras la sorpresa inicial, unas risas y unos cafés, y evidentemente, no tiene ni idea de ese encendedor que yo sé perfectamente que está en mi casa, en mi escritorio, pero ni rastro de ti.
Mientras conversamos cordialmente, mi cabeza no para de buscar la manera de preguntar por ti sin que resulte forzado, y al final logro averiguar que te has ido esa mañana a Madrid a pasar un par de semanas con una amiga que lleva ya unos meses trabajando en una empresa de telecomunicaciones y ver la posibilidad de conocer el sitio y dejar algún currículum en la empresa o en otras similares para tener la oportunidad de acumular experiencia laboral en tu especialidad.
Intento disimular el jarro de agua fría y desvío la conversación a temas más banales apurando el segundo café. Un rato después, con el pretexto de hacer la compra para la semana, vuelvo a mi coche a rumiar mi decepción conduciendo a casa.
Sé que tu vida tiene un rumbo y un ritmo distintos a los míos, pero me entristece pensar que ese bonito y adictivo juego al que me había enganchado tenga su final. Comprendo perfectamente que cualquier otra situación sería compleja y tendría difícil solución, pero eso no alivia la sensación de perdida y vacío que se instala en mi mente.
Absorto en esos pensamientos, no le presto mucha atención a una chica con sudadera con capucha y maleta de ruedas que se acerca a mi portal cuando entro con el coche al garaje, pero algo me hace parar en el portal en vez de subir directamente a casa para comprobar que la chica sigue esperando que le contesten en el telefonillo. Camino hacia ella con la intención de preguntarle si puedo ayudarla cuando ella se gira y me mira dejándome clavado al otro lado de la puerta de cristal.
Acierto a moverme y abrir la puerta y solo consigo preguntar qué haces allí antes de que te lances a mi cuello y me devores con esos perfectos labios carnosos que me transportan al mismísimo cielo. Sin otra reacción que responder a tus besos, vamos abrazados hacia el ascensor y allí me confiesas qué sabes que no está bien, qué has engañado a tus padres, qué tenías que haberme avisado antes, pero ya no podías más, habías roto tres cartas después de haber sufrido el sábado pasado teniéndome tan cerca y sin poder tocarme.
Me explicas que escribirme había sido algo maravilloso, pero la excitación y el deseo te dominaban y necesitabas convertir en realidad todos los inconfesables sueños que habías imaginado noche tras noche. Antes de entrar en mi casa, me cuentas también que entiendes con claridad lo enrevesado de todo aquello y que asumes y aceptas cualquier decisión que yo me vea obligado a tomar. 
Pero ya no puedo hacer otra cosa que no sea besar esa boca, ya he probado el néctar de esos sabrosos labios y mi rendición ya es definitiva. Estoy totalmente entregado a gozar contigo del paraíso de los sentidos con absoluta convicción. Solo puedo pensar en tenerte desnuda entre mis brazos como si el mundo se fuera a acabar mañana.
Y es que no existe mejor complemento para un reconocido pecador como yo que una traviesa criatura capaz de confesar sus más íntimos y perversos deseos sin pizca de arrepentimiento.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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viernes, 21 de mayo de 2021

ADICTA...

Adicta ser recorrida por tus mágicos dedos.
Adicta a esa boca capaz de detener el tiempo con sabrosos y ardientes besos.
Adicta a ser cómplice de cada uno de tus perversos juegos.
Adicta a disfrutar de esa cálida humedad que empapa mi ropa interior con solo pensarte.
Adicta a buscar nuevos tangas para que tú los estrenes.
Adicta a dejar salir, sin ningún tipo de pudor, a esa criatura sensual y provocadora que escondo para otros bajo esa coraza de mujer fría y distante.
Adicta tus mimos.
Adicta a tu apasionada lujuria.
Adicta a gozar de esas excitantes nalgadas con las que me enciendes y estremeces para premiarme y aumentar mi deseo de ser tuya.
Adicta a coleccionar momentos inolvidables enredada entre tus brazos bajo las sábanas revueltas de tu cama.
Adicta a ti mi señor Legna.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 18 de mayo de 2021

LA BRUJA Y EL LOBO.

El viejo lobo negro, hechizado y deslumbrado por la bruja negra del norte, se relame mientras olisquea el aire del anochecer buscando descubrir el rastro que su presencia deja según se va acercando. 
Puede oler su cálido aroma desde lejos, sentir como se eriza su piel, como sus sentidos se ponen en estado de alerta y notar como sus colmillos se afilan pensando en devorar cada una de sus maravillosas curvas con la atención y la delicadeza que se merecen.
Esa hechicera de sedosa piel supo desde el primer instante seducir al fiero lobo y llevarlo a su terreno para que él fuese poco a poco entregándose a ella. Él la devoraba con toda su pasión creyendo tenerla a su merced, pero no pudo más que reconocer que entre los brazos de aquella voluptuosa mujer se volvía un tierno y obediente cachorro necesitado del ardiente cuerpo de aquella poderosa y adictiva criatura capaz de desatar tormentosas pasiones.
Luego llegaba la calma. Una tranquilidad placentera y reconfortante para un lobo solitario necesitado de caricias y poco acostumbrado a recibir cuidados y tiernas atenciones. Y eso era aún más adictivo y desconcertante, y le llevaba a buscar, cada vez con más frecuencia, el maravilloso refugio que ella le ofrecía gustosamente entre sus piernas.
Quería mirarla, olerla, tocarla, saborearla. Buscaba poseerla, saciarse de ella y gozar de esa brillante mirada de placer con la que ella lo recibía sabiendo que la lujuria se desataría, que el tiempo se detendría y que ya sería imposible saber cuál de los dos se convertiría antes en fiera hambrienta. 
Y tampoco importaba quién se comería a quién.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 11 de mayo de 2021

NO TENGO REMEDIO.

En cuanto tu hermoso culo se acerca, mis manos se lanzan como impulsadas por un resorte con ganas de agarrarlo y recorrerlo con devoción y lujuria.
Y tú no esquivas mis caricias. Es más, las provocas y las reclamas sin ningún tipo de reparo, sin disimular que te gustan y te excitan.
En cuestión de segundos comienzan los incendios que recorren la piel, y poco a poco la ropa va quedando en el suelo para terminar abrazados gozando de ese ardiente deseo que nos domina.
Reconozco que no tengo remedio, y confieso que no tengo intención de cambiar.
Tu cuerpo es ese delicioso manjar que siempre querré saborear. Tus gemidos y tus jadeos, la perfecta banda sonora que alborota mis demonios. Tu cara de niña traviesa que disfruta golosamente, el mejor regalo del universo.
Y tu culo, la tentación perfecta, la irresistible invitación que me lleva a convertirme en un inconfesable pecador que no piensa arrepentirse jamás.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados
 

jueves, 6 de mayo de 2021

UN DÍA INOLVIDABLE.

Me encanta encontrarte paseando en bragas por mi cocina con el café recién hecho.
Me siento a admirar tu sinuosa figura mientras te acercas con esa pícara sonrisa a sentarte en mis piernas para compartir besos con sabor a café y caricias traviesas.
Un placentero momento que saboreamos juntos con sincera lujuria sin más preocupación que la de decidir si volvemos a la cama a seguir devorándonos o si antes compartimos agua caliente y gel de coco en la ducha.
En cualquier caso, las manos tomaran de nuevo el control para recorrernos sin prisa y la respiración se acelerará mientras nuestros cuerpos buscan enredarse al compás de los jadeos que lo invaden todo hasta terminar una vez más exhaustos, temblorosos, sudados y saciados.
Será un domingo intenso y lujurioso, un día inolvidable en el que no nos importará nada de lo que suceda más allá de las paredes de nuestro refugio privado, ocupados simplemente en regalarnos placer y dar rienda suelta a ese deseo que alborota nuestras mentes cuando las pieles se funden sin saber donde termina una y empieza la otra.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados