jueves, 26 de abril de 2018

SOMBRAS...

Enciendes mi deseo jugando con la tenue luz de la vela, mostrando entre las sombras los voluptuosos placeres que ofrece tu cuerpo.
Saboreas con calma ese vino blanco que tanto te gusta disfrutando del seductor juego, segura de estar haciendo erizar toda mi piel.
Te escondes en la penumbra alargando el momento de volver a la luz acelerando mi excitación, y mientras espero tu nueva aparición, viajo mentalmente por las curvas de ese cuerpo tuyo tantas veces recorrido por mi boca, ese que podría dibujar y esculpir centímetro a centímetro con los ojos cerrados mil y una veces...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

miércoles, 25 de abril de 2018

LA BODA...

Hacía mucho tiempo que no me invitaban a una boda, y por supuesto, nunca a una tan particular y especial.
Isabel e Irene estaban a punto de darse el "si quiero" en el salón del Ayuntamiento... todo muy normal, salvo un par de pequeños detalles, además de haber tenido ambas una relación conmigo, yo había sido quien las había presentado...
Hace unos tres años, Isabel y yo habíamos mantenido una breve, intensa y casi salvaje aventura. Una sincera y deliciosa locura que terminó sin malos rollos ni rencores, y habíamos seguido en contacto aunque cada uno con caminos distintos. Un tiempo después. conocí a Irene y comenzamos una relación un poco más convencional.
Una noche, volviendo del cine, paramos a tomar unas cervezas y nos encontramos con Isabel. Tras presentarlas, se apuntó a tomar algo con nosotros y pasamos un agradable rato de risas y cervezas, y yo, al verlas juntas, me di cuenta de lo mucho que se parecían y del buen feeling que había entre ellas...
Volvimos a quedar un par de veces, hasta que una noche, sin haberlo planeado, de una manera sorprendentemente natural, terminamos los tres en la cama. Fue algo increíble y delicioso, pero no se volvió a repetir... Irene y yo continuamos nuestra historia, Isabel no daba señales de vida, y todo parecía quedar en una aventura especial de la que casi ni nos atrevíamos a hablar... Pero una noche, cuando llegué a casa del trabajo, Irene me estaba esperando con cara de "tenemos que hablar"...
Me contó que se había vuelto a ver con Isabel, que habían hecho el amor, que se sentía fatal, que no me merecía esto, que ninguna se lo esperaba...pero que habían descubierto algo maravilloso y que se querían ir a vivir juntas...
Y me costó mucho entenderlo, y tardé en superarlo, pero al final comprendí que no se puede retener a quien quiere volar, así que seguí mi vida deseándoles lo mejor sin volver a tener noticias suyas hasta hace dos meses cuando me invitaron a un café para darme la noticia de su boda y pedirme que las acompañara en ese día tan importante para ellas... Y aquí estoy, viendo a dos hermosas mujeres vestidas de novia intercambiarse los anillos entre nerviosas sonrisas que terminan con un apasionado beso y una sincera mirada de complicidad dedicada al tipo solitario de la primera fila, ese que nadie sabe quién es...
Y llega el momento felicitaciones, y las fotos, y el banquete, y yo intento mantener una educada conversación esquivando como puedo las inevitables preguntas de cotilleo de mis compañeros de mesa... Y llega la tarta nupcial, y los brindis, y el baile... y yo me refugio en la barra saboreando un buen ron añejo recordando el lujurioso momento que la perversa mente de Isabel me había hecho vivir unas horas antes de la ceremonia...
Me había llamado pidiendo que fuera a su casa lo más rápido posible. En cuanto llegué, tras quedarnos a solas en la habitación, dejó caer el albornoz mostrándome la preciosa lencería blanca que iba a llevar bajo el vestido de novia. Todo un espectáculo de encaje sobre su escultural cuerpo que yo admiraba embobado temblando asustado al verla quitarse las delicadas braguitas y acercarse para meterlas en el bolsillo de mi pantalón...
--- Quiero que vayas a casa de Irene, cojas las suyas y le pongas las mías, y que después, vuelvas aquí a ponerme las suyas...
Ni que decir tiene que cumplí su encargo con toda celeridad, y que Irene estuvo encantada con el sorprendente y lujurioso juego. Y tampoco negaré la deliciosa excitación de ser participe de tan morboso e inesperado momento intimo entre ellas.
Pero ahora, la segunda copa de ron, más los vinos del banquete y el cava de los brindis, va haciendo un peligroso efecto al mezclarse con la música de la orquesta. Empiezo a añorar la comodidad de mi sofá, así que intentaré escabullirme antes de que a alguna de aquellas señoras se le ocurra la terrorífica idea de hacerme bailar...
Y el camarero pone sobre la barra otro vaso con hielo y limón, y mientras sirve más ron, me entrega una cajita de madera tallada de parte de las novias. De nuevo sorprendido por aquel par de deliciosas criaturas, me armo de valor con un buen trago antes de abrir la intrigante cajita para encontrarme con la inconfundible y elegante caligrafía de Irene...
"Sentimos mucho estar tan ocupadas y no poder estar brindando contigo, pero te aseguro que pensamos recompensarte. Imaginamos que entenderás que la noche de bodas es para nosotras, pero mañana volamos a París... tendrás que acompañarnos y traernos nuestras braguitas..."
Y efectivamente, bajo el sobre con el billete de avión a París, las dos blancas braguitas de encaje que me habían encargado intercambiar hace unas horas...
Y efectivamente, nunca me habían invitado a una boda igual...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 19 de abril de 2018

CULPA TUYA...

No necesito verte para sentir esa penetrante mirada tuya recorriendo mi cuerpo... esa que va acelerando mi respiración y encendiendo cada poro de mí excitada piel...
Y comienzo a arder, a temblar... y me siento mujer deseada...
Y te odio... por tenerme así, esperando ansiosamente que tus dedos me rocen... sin poder negar mi absoluta entrega a tus lujuriosos y adictivos juegos...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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domingo, 8 de abril de 2018

JUGANDO A SEDUCIRLE...

Vas subiendo las escaleras con su mirada clavada en tus nalgas. Subes despacio, alargando los pasos, exagerando los contoneos de tus caderas, logrando que desee seguir mirando...
Sientes el calor que provoca entre tus muslos esa mirada lasciva, y percibes su cálido aliento cuando esnifa el aroma que vas dejando tras de ti...
Un par de escalones más, casi a cámara lenta... y en el siguiente peldaño, el tanga comienza a "caerse"... y en el último, queda en el suelo esperando que él lo recoja...
Girando el cuello por encima del hombro lo ves agacharse y tomarlo en su mano para acercarlo a su nariz y embriagarse de ese húmedo y excitante olor antes de guardarlo dentro de su pantalón.
Sonríes victoriosa, orgullosa de provocar su deseo, antes de entrar en el baño y abrir el agua caliente de la ducha. Esperas su entrada mordiéndote el labio antes de meterte bajo los chorros de agua y decirle que se quede ahí mirando, que no hay sitio para los dos.
Sabes que lo estás torturando y eso te gusta, y alargas la ducha sin dejar de mirarle.
Él sabe que la espera merece la pena y te sigue el juego mientras recupera el pequeño tanga rojo para jugar morbosamente con ese mínimo trozo de tela empapado con tu aroma... y su mirada comienza a ser una invitación al pecado...
Y se desnuda frente a la mampara... y se relame... y te guiña un ojo cuando sale del baño para irse a la cama a jugar con tu tanga...
Y en ese momento no te queda otra que aceptar que la curiosidad y las ganas de verle jugar te llevarán a terminar rápidamente la ducha. Sonríes admitiendo que esta vez te ha ganado la partida, reconociendo que de voluptuosa seductora has pasado a encendida hembra seducida...
Desnuda, chorreando, excitada, te diriges al dormitorio en busca de tu perverso demonio, sonriendo mientras vas maquinando la manera de devolverle la jugada.
Pero eso será otro día...
Hoy tu cuerpo y tu mente tiemblan aceleradamente y reclaman placer...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 3 de abril de 2018

EL CAJÓN.

El cajón que hace un año ocupaban las bragas de Julia, lo ocupan ahora las de Marta, pero en la cabeza de Marcos aún sigue habiendo un "cajón" repleto de lencería empapada con el intenso aroma de Julia.
Aún seguían grabados a fuego los recuerdos de aquellos momentos de lujuriosa pasión con aquella gata salvaje que había aparecido de repente para poner patas arriba toda su vida. Aún su cuerpo se estremecía cuando aparecía en su mente la imagen de una insaciable hembra en celo que le llevaba a sobrepasar límites jamás por él imaginados...
Pero, igual de sorprendente que había sido su llegada, fue su partida... sin más explicaciones, una tarde cogió su ropa y sus cosas y se fue... necesitaba volar...
Y Marcos pasó tiempo sin entender nada, sin superarlo, tratando de buscarla sin éxito, sumido en un doloroso desconcierto. Meses de soledad sin motivaciones, sin ganas...
Hasta que apareció Marta. Y aunque Marcos se había negado en un principio, ella terminó por conquistarle con su dulzura y sensibilidad. Ella era tan diferente a Julia, tan amable, tan comprensiva... siempre dispuesta a complacerle y a atender todos sus deseos y caprichos...
Marcos se dejó envolver por su ternura y unos meses después, ella se mudó a su apartamento. Él se repetía a sí mismo que se merecía a alguien que se preocupara por hacerle feliz, y por una vez, cambiar los papeles y dejarse llevar por aquel tierno angelito que le colmaba de atenciones sin dejar de sonreír.
Pero el cajón de su mente seguía repleto de excitantes imágenes, y no era capaz de cerrarlo definitivamente. De vez en cuando, volvía a abrirlo y volvía a sentir el profundo e inconfundible aroma con el que Julia lo inundaba todo. No podía evitar que aquellas tórridas escenas terminaran por erizar su piel y llevarle a una tremenda excitación... y por mucho que intentaba no caer en la comparación, era evidente que con Marta, por mucho que ella se esforzase, nunca llegaría a sentir algo similar...
Y acababa masturbándose pensando en Julia cuando Marta no estaba en casa.
Y luego se culpaba y se sentía fatal.
Sentía que estaba engañando a quien menos se lo merecía.
Y se autoengañaba prometiéndose no volver a hacerlo.
Pero el cajón seguía allí...
Tentándole...
Para aparecer de nuevo a la menor oportunidad...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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domingo, 1 de abril de 2018

SESIÓN DE FOTOS

A pesar de tener todo preparado y revisado para la sesión de fotos con mi amiga Mary, según van pasando los minutos y se aproxima su llegada, los nervios comienzan a hacer de las suyas.
Salgo al balcón a fumar y desde allí puedo verla aparcar la moto junto a mi portal y saludarme con la mano mientras sonríe y se arregla un poco su larga melena negra tras quitarse el casco.
Aprovecho para dar un último vistazo de comprobación al improvisado estudio en que se ha convertido mi salón mientras ella sube en el ascensor, y cuando por fin abro la puerta, su sonrisa ilumina la entrada justo antes de que ella se cuelgue de mi cuello y me regale un par de sinceros besos apretando su delicado cuerpo contra el mío.
No es la primera vez para ninguno de los dos, pero sí que es la primera ocasión en la que voy a trabajar con alguien con quien tengo una íntima y excitante amistad, así que será un poco más complicado mantener la compostura; además, lo hemos hablado estos días, y para ambos supone un bonito reto y queremos aprovechar y disfrutar de la oportunidad de hacer un buen trabajo juntos.
Mary toma el primer conjunto que he dejado preparado sobre el sofá y se dirige al baño para quitarse la ropa de motera, maquillarse, peinarse y ponerse el sugerente vestido corto con el que habíamos planeado empezar la sesión. Cierra la puerta lanzándome un beso, prometiendo no tardar mucho, y yo agarro mi cámara y compruebo que todo está a punto... y tras unos eternos minutos de espera, decido entrar en el baño y sorprenderla capturando la imagen de su rostro sin darle tiempo a reaccionar, totalmente a traición, logrando así unas simpáticas imágenes de esa cara de niña buena que intenta disimular la risa y aparentar enfado... sigo disparando fotos mientras ella me amenaza con lanzarme una bota a la vez que intenta mantener el equilibrio con el ajustado pantalón enroscado por la mitad de sus piernas en un cómico momento que consigue que la risa nos invada y nos ayuda a relajar los nervios.
Al final, no me queda más remedio que portarme bien y dejarla terminar.
Disfruto revisando las inesperadas y divertidas fotos hasta que la deslumbrante imagen de una diosa vestida con un vaporoso vestido hace acto de presencia... pero ha desparecido la cara de niña buena, ahora es una poderosa mujer segura de sí misma que se coloca en el sofá seduciendo mi cámara con su felina mirada...
Disparo sin cesar, buscando ángulos imposibles que me permitan capturar la belleza de sus maravillosas piernas y ella juega seductoramente con la tela del vestido presumiendo de ellas sin dejar de sonreír. Tomo fotos de sus piernas, de su escote, de su boca, de sus manos jugando con los bordes del vestido... y me vuelvo loco tratando de descubrir el color de sus braguitas... y ella continúa derritiendo mi cámara y seduciendo mi mente...
Ella dirige y controla los tiempos y los movimientos y yo me limito a seguirla a través del visor de la cámara hasta que decide volver al baño... momento que yo aprovecho para abrir la ventana y refrescar la sauna en que se ha convertido mi salón entre el calor de los focos y el delicioso acaloramiento que invade mi cuerpo...
Y de nuevo se abre la puerta del baño... y ella aparece regalándome la espectacular visión de su cuerpo desnudo sobre unos zapatos negros de tacón de aguja. Sin poder dejar de sacar fotos, la veo acercarse con su diabólica mirada lujuriosa y colocarse frente a mí para quitarme la cámara de las manos...
El brillo de sus grandes ojos color miel, su boca mordiendo mi cuello, su mano dentro de mi abultado pantalón... suficientes señales como para entender que la sesión de fotos tendrá una maravillosa interrupción...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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