viernes, 30 de junio de 2017

LA REINA

Es viernes, y la Reina sale a recibir pleitesía de sus súbditos...
Y cuando la Luna este en su punto más alto buscará el cuello de su guerrero favorito para saciar su sed...
Y ese capitán de la guardia, heredero de la estirpe del dragón, entregará gustosamente su sangre para alimentar a su Reina como fiel vasallo y como hombre enamorado...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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miércoles, 28 de junio de 2017

DIVINA APARICIÓN

Las gafas de sol protegen mis ojos mientras disfruto en la terraza de mi cafetería favorita de un sabroso café. La prensa deportiva y un buen pincho de pollo convierten el veraniego mediodía en un placentero momento de relax en uno de los escasos días libres que mi ajetreada agenda me permite.
Pero ni los oscuros cristales de mis gafas impiden que me llegue un repentino brillo que me hace levantar la vista del periódico para descubrir unos increíbles ojos que se acercan a la mesa de al lado, acompañados por la cautivadora sonrisa y las esculturales curvas de una llamativa mujer. 
La prensa acaba de perder todo mi interés y ya solo tengo ojos para recorrer su cuerpo con la impunidad que me permiten las gafas de cristales negros... La veo sonreír en animada charla con su amiga mientras se hacen fotos con el móvil...
Por un instante, me siento como un pervertido mirón, pero no puedo apartar la mirada de sus ajustados vaqueros, de esa delgada y fibrosa cintura, de ese pircing en su ombligo, y mi mente empieza a jugar imaginando que bajo el pantalón lleva unas mínimas braguitas de encaje transparente con puntillas blancas y un pequeño lacito en el centro ideal para jugar sobre él con mi lengua...
Hacía tiempo que nadie me impactaba tanto como para dejarme llevar de esa manera por un repentino y alocado deseo. Intento volver a la prensa, pero sus risas vuelven a reclamar mi atención y me pierdo de nuevo deseando averiguar a que saben esos golosos labios... imposible pensar en otra cosa que no sean esos morritos que pone cuando ella y su amiga se hacen un selfie...
Y de pronto, se levantan y se van, despareciendo tan sorprendentemente como habían llegado, dejándome con la sensación de haber visto a una diosa paseando entre mortales...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 15 de junio de 2017

TE MIRO...

Encontrarte dormida sobre mi cama y saborear el momento de gozar de esa angelical imagen aprovechando para deleitarme con esas deliciosas curvas. Volverme un ansioso voyeur que recorre cada rincón de tu cuerpo con la pasión de quien observa la más preciada obra de arte de su colección.
Acercarme lo suficiente para embriagarme de tu aroma sin despertarte, para que sigas con tus sueños de niña traviesa...
Viéndote así, tan dulce y relajada, se hace difícil imaginarte en esos momentos en los que la lujuria y el deseo se apoderan de ti. Pero yo conozco ese otro lado tuyo... Ese en el que dejas salir a la hembra en celo que se retuerce gozando el entregarse a su señor, ese en el que pides y reclamas ser poseída y domada... Ese en el que las caricias no son suficientes y buscas el placer de sentir arder tu piel gritando desencajada con cada azote que mi mano descarga sobre tus enrojecidas nalgas.
Y yo, incapaz de negarte nada, obedezco gustoso tus suplicas notando como mis colmillos se van afilando por momentos esperando el delicioso instante en el que te ofreces a saciar mi sed poniendo tu cuello a mi entera disposición para que clave en él mis dientes y te haga estremecer.
Y entonces, esa gatita mimosa que ahora duerme plácidamente sobre las sábanas de mi cama, saca sus garras arañando mi espalda poseída por los salvajes espasmos de un orgasmo entregado y sincero, y grita enloquecida suplicando que no pare...
Y yo, dispuesto a complacerte, sigo devorándote, sigo haciéndote mía, en un acompasado y frenético vaivén hasta vaciarme para ti llenándote con el cálido elixir de mi orgasmo, y tú, con la mirada inyectada de placer, gritas sabiendo que eres la culpable de mi absoluta perdición.
Pero ahora duermes tranquilamente, ajena al calor que recorre mi cuerpo mientras mis ojos se centran en como la suave tela de tus bragas se pierde entre tus redondas nalgas....
Y tras los ojos, mis dedos buscaran en breves esa cálida y húmeda tela...
Y te despertaras...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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miércoles, 14 de junio de 2017

CAFÉ PARA DOS

Adoro ver cómo te relames sin saber con certeza si es por saborear el cremoso café, por disfrutar de mi golosa mirada que se pierde en el vértigo de ese delicioso escote con el que me provocas con toda tu perversa intención, o por el calor que mis juguetonas manos, a escondidas bajo la mesa, encienden entre tus suaves muslos esquivando la tela de tu corto vestido...

MICHEL GARCIA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 13 de junio de 2017

NI PUEDO NI QUIERO EVITARLO

Cada vez que el recuerdo de tu magnífico cuerpo vuelve a mi mente, mi piel se eriza...
Recuerdo como tus dedos apretaban mis brazos. Aún me duelen, y ese dolor hace que venga a mí la lujuriosa imagen de tu cara desencajada por los gemidos de placer... Si cierro los ojos, puedo sentir las apasionadas embestidas de tus caderas buscando más placer.
Me concentro un poco más y oigo tus jadeos acelerados, llegando al orgasmo, gritando, entregándote sin freno, clavando tus uñas en mi espalda. Incluso puedo percibir el cálido aroma que inundaba nuestra habitación.
Puedo sentirte en mi piel, impregnándome con tu olor. Puedo ver tu mirada de deseo, estremeciéndome cada vez que tu cuerpo cabalga sobre el mío, reclamando más y más...
Y esa imagen grabada a fuego en mi mente, esos gemidos tuyos, tus palabras, encienden en llamaradas todo mi cuerpo, y mis manos buscan irremediablemente calmar la tremenda erección que empuja bajo la tela de mi ajustado slip.
Y entonces la excitación y las ganas de sentirte de nuevo se apoderan de mí, y no puedo ni quiero evitarlo...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 8 de junio de 2017

PUNTO DE ENCUENTRO

El tren por fin se puso en marcha rumbo al norte y la muchacha de grandes ojos negros sintió como cada pequeño traqueteo la estremecía por dentro. Ya no había marcha atrás, dejaba aparcada momentáneamente su monótona vida en busca de conocer en persona a aquel chico con el que llevaba muchos meses hablando prácticamente a diario.
Todo empezó por una página de fotos y relatos que a ella le gustaba revisar de vez en cuando y a la que terminó por engancharse. Fotos sensuales y relatos eróticos aparecían a diario en su móvil o en su portátil, hasta hacerla degustar cada noche cada nueva publicación. Sobre todo, esos intensos relatos que leía dejándose llevar por la magia de sentirse protagonista de cada uno de ellos... Esa deliciosa rutina se convirtió fácilmente en algo cotidiano que le permitía disfrutar de cálidos momentos íntimos en la soledad de su cama, llegando a reconocerse como una ferviente seguidora de la increíble capacidad de aquel hombre para transmitir tanta pasión a través de palabras.
Al principio, solo se atrevía a poner algún comentario en las publicaciones, pero cuando él contestaba para agradecérselo, ella se sentía especial, lo tomaba como una atención personal. Así que, unas semanas después, le envió una solicitud de amistad y él la aceptó... Más tarde, se intercambiaron los números de teléfono para acabar teniendo conversaciones cada vez más cercanas que les llevó a conocerse y acercarse más día a día.
Y llegaron las charlas y los mensajes más privados, más íntimos. Estaba claro que había una gran atracción entre ellos, sobre todo mentalmente hablando, pero también llegó un punto donde la atracción física se volvió algo tan evidente para ambos como para acabar por convertir los encuentros de madrugada en deliciosos juegos eróticos a través de la cámara del portátil...
Ella venció su timidez dejándose guiar por aquel perverso seductor que lograba hacerla sacar su lado más sensual para disfrutar del sexo y de su feminidad como nunca lo había hecho antes con nadie. Ya no eran conversaciones virtuales, eran citas, eran encuentros de amantes dispuestos a regalarse placer a través de una pantalla... y a pesar de la distancia y de la inevitable frialdad del medio del que disponían, ambos admitieron la situación aceptándola con la certeza de que ninguno quería dejar de aprovechar esos placenteros momentos donde el mundo se paraba y solo estaban ellos entregados a compartir esa sincera complicidad y esa desbocada pasión que conseguía por instantes hacer desaparecer la pantalla que les separaba.
Pero faltaba el poder tocarse, el poder besarse, olerse, saborearse. Sus cuerpos necesitaban pegarse y sentir el roce de la piel del otro...
Al final, esa necesidad se volvió tan fuerte que en cuanto ambos consiguieron tener un par de semanas libres, todo se disparó automáticamente... Ella viajaría hacia el norte, y mientras él lo haría hacia el sur en dirección a un punto intermedio, a una pequeña ciudad donde un sencillo hotel rural les esperaría para pasar juntos una semana sin más objetivo que dedicarse a hacer realidad todo ese deseo acumulado en los últimos meses.
Y allí estaba ella, sentada en aquel tren nocturno que la dejaría a la mañana siguiente en los ansiados brazos de aquel perturbador ángel de mirada profunda, con todos los nervios del mundo rugiendo en su estómago ante la excitante locura en la que jamás podría haber imaginado verse envuelta. Vio por la ventanilla como el sol se ponía en el horizonte dando paso a la noche y cerró los ojos pensando en dejarse acunar por el movimiento del tren y así calmar un poco toda esa algarabía de sensaciones que retumbaba en su cabeza y recorría todo su cuerpo... pero en ese momento aparece el revisor pidiendo los billetes...
Con una agradable sonrisa, el amable revisor toma su billete y lo comprueba en su lista, pero su cara cambia de repente y vuelve de nuevo a revisar la lista...
--- Perdóneme señorita, pero parece que hay un pequeño error, este no es el asiento que le corresponde.
--- Cómo???. Un compañero suyo me acompañó en la estación a este asiento después de dejar mi maleta en el vagón de equipajes.
--- Pues parece que no hizo las cosas bien... está muy claro en mi lista. Pero no se preocupe, la solución es sencilla, yo mismo la acompaño y me ocupo de que todo se solucione. Solo tiene que seguirme y en unos minutos estará todo como es debido.
Aquello no ayuda a calmar su nervioso estado, pero la serenidad y la sonrisa del atento revisor consiguen que, aún sorprendida y un poco molesta, le siga sin rechistar y sin pararse a darle más vueltas en su cabeza. Tras pasar tres vagones, llegan a uno distinto, uno de compartimentos (¿el coche cama?), y en la puerta número cuatro, él se detiene para entregarle una llave sonriendo ante la sorprendida expresión de su cara...
--- No entiendo nada, yo tengo un billete de asiento normal, no uno de estos...
--- Tranquila, su maleta ya está adentro, tome su llave y disfrute del resto del viaje...
Sin más explicaciones, se da media vuelta silbando mientras se aleja por el pasillo. No hay otra que abrir la puerta y entrar... para encontrarse de bruces con su ángel, con su demonio, que la espera de pie con una botella de vino en medio de aquel compartimento del coche cama y que sonríe encantado al ver su incrédula cara...
--- No podía esperara a mañana, así que decidí viajar antes para organizar esta pequeña treta y tenerte una noche antes. Te prometo que no habrá más sorpresas, el hotel nos espera como estaba planeado, pero la posibilidad de poder abrazarte antes de lo previsto era algo tan tentador que no me resistí a dejarla pasar...
No hay otra respuesta posible que lanzarse a sus brazos y cubrirle de apasionados besos, y él se encarga de contestarlos mostrando abiertamente las incontenibles ganas de entregarse a ella con todo su ser...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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viernes, 2 de junio de 2017

MORBOSO CAPRICHO

FOTO: Esther Buylla.

 Un café con Esther es uno de esos placeres que la vida te regala de vez en cuando. Su escultural cuerpo, su deslumbrante sonrisa, esa mirada en la que uno se pierde minuto a minuto... esa capaz de parecer por momentos pícara para en segundos volverse tierna y hacerte creer que tienes frente a ti a una inocente gatita mimosa...
Después de ponernos al día y recibir alguna cariñosa reprimenda por haber dejado pasar tanto tiempo, unas tapas y unas cuantas cervezas acompañan el reencuentro entre risas y mis mal disimuladas miradas a ese vertiginoso escote que ella luce disfrutando del nerviosismo que se va apoderando de mí y que ella gustosamente incrementa con sinuosos movimientos.
Sé que le encanta sentirse admirada y jugar un poco con mí acalorado estado. La conozco lo suficiente como para saber que disfruta torturándome un poquito, pero también sé que merece la pena seguirle la corriente... la recompensa puede ser espectacular...
Cuando, un rato después de cambiar de local, nos sirven los cafés y los chupitos en el cómodo sofá de la terraza, el juego de las miradas pasa a convertirse una pequeña guerra de sutiles caricias e insinuantes gestos que suben un par de puntos más nuestro evidente estado de excitación. Las miradas ya no se intentan disimular y cuando la suya se cruza con la mía, veo ese brillo en sus ojos que deja muy claras sus ganas de subir la intensidad del juego. Y cuando su mano agarra con fuerza mi pierna, acariciándola decididamente hasta el borde de mi entrepierna mientras su boca roza suavemente mi oreja, sé que sus dientes volverán a quedar marcados en mi cuello otra noche más...
Ni los cafés, ni los chupitos, ni el trayecto en coche hasta su casa se alargan más de lo estrictamente necesario. El ascensor hasta el último piso termina por convertirnos en un par de ansiosas fieras a quienes les sobra toda la ropa. Es cerrar la puerta del dúplex y quedar prácticamente desnudos entre húmedos besos y lujuriosas caricias, hasta que ella, aprovechándose de su entrenado y fuerte cuerpo, me empuja contra la pared para escaparse de mis brazos y subir trotando las escaleras con mi mirada clavada en su diminuto tanga rojo y en esas redondas y duras nalgas...
Tremendamente excitado, me lanzo tras ese maravilloso culo hasta alcanzarlo en el último escalón (o igual es ella quien se deja alcanzar...) para agarrarlo y morderlo salvajemente logrando que ella se tumbe sobre la barandilla ofreciéndose entre gemidos a ser devorada. Agarro con los dientes la empapada tela roja hasta quitársela y me deshago de mi abultado slip con la perversa intención de poseerla allí mismo. Sus acelerados jadeos y su forma de retorcerse invitan a no esperar más... Pero algo la hace frenar de repente y volverse a taparme la boca pidiendo que me calle. Pienso que es parte de su juego y trato de zafarme y seguir con mi plan, hasta que veo su mirada y me doy cuenta de que ha cambiado, que algo está pasando...
Por fin, capto su idea y quedamos unos segundos en silencio para escuchar los gemidos, jadeos y gritos que vienen de la habitación contigua. Está claro que alguien está teniendo un salvaje encuentro, y por los sonoros azotes que tan claramente se distinguen, es algo muy intenso. Tras pasar el momento sorpresa inicial, a ella le entra una leve risita que intenta ocultar, pero yo no le acabo de ver la gracia y me quedo un poco paralizado hasta que ella me arrastra hacia su dormitorio para cerrar la puerta y llevarme al baño. Recuerdo que la otra habitación también tiene baño y que coinciden las paredes y los conductos de ventilación, y eso hace que se escuche todo mucho más claro... tanto como para distinguir que son dos chicas las que están celebrando una fiesta privada muy especial... Esther ya no puede disimular la risa, sobre todo al ver mi cara de despiste...
--- Claro, hace tiempo que no vienes a verme y no sabes que he alquilado la habitación a una compañera, pero es la primera vez que tiene compañía, y no tenía la más mínima idea de su gusto por las mujeres, ni por el sexo duro... Ayer le comenté que hoy saldría con un amigo a cenar, pensaría que volvería más tarde...
--- Pues menos mal que no se lo montaron abajo en el salón... hubiese sido una entrada triunfal la nuestra!!!
--- Jajaja, ya te digo!!! Pero a ver cómo hacemos... te recuerdo dónde quedó toda tu ropa???
--- Ufff, vaya... sí, mezclada con la tuya por el suelo de la entrada y el de la escalera...
Allí, en el baño, entre risas cómplices, completamente desnudos, con la excitación a flor de piel, escuchando como dos mujeres se entregan a gozar, su mirada vuelve a brillar y aparece de nuevo esa golosa expresión. Su mano se apodera de mi miembro volviéndolo al erguido estado que tenía hace un rato en las escaleras. Su boca se acerca a mi oído para susurrarme que no diga nada, que me relaje y escuche... se está apoderando de ella el morbo de estar escuchando a escondidas, y su mano sabe muy bien cómo hacer que no desee otra cosa que complacer su morboso capricho...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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