viernes, 2 de diciembre de 2016

EL DEMONIO LA MIRÓ


Tanto tiempo escondida en sí misma, negándose ni siquiera una oportunidad. Encerrada en la oscuridad de su asustada mente.
Muchos meses viviendo en automático, demasiados, tantos como para llegar a convencerse de haberse secado por dentro. De sentirse como una mujer fría para quien el sexo eran recuerdos tan extraños como si fueran los recuerdos de otra vida, de otra persona...
Y de pronto, sin saber cómo, un demonio la había mirado a los ojos de una forma tan intensa y especial, que todo en ella se volvió temblores y nervios...
Y cuando la beso suavemente...
Ni una sola de sus células pudo mantenerse en equilibrio...
Las charlas se hicieron largas. Los cafés, una deliciosa escusa. Los nervios aumentaban con cada mirada, con cada sonrisa... Saltaron las alarmas, los miedos, los no puede ser. Pero aquél demonio seguía clavando su mirada en sus ojos y su cuerpo respondía erizándose. Y él cada vez se acercaba mas... Besos más largos, caricias más intensas...
Volvía a ser mujer, volvía a tener la respiración acelerada. Era de nuevo un cuerpo cálido que reclamaba caricias. Excitada y sorprendida, no podía dejar de pensar en su demonio, en aquellas manos que la recorrían bordeando los limites de su pantalón, en los deliciosos mordiscos en el cuello. Pero estaba sola, y cada vez mas excitada... imposible concentrarse en otra cosa...
El demonio la había despertado y ya no había modo de dormirla. Sus manos comenzaron a moverse por su cuenta, buscando calmar de algún modo aquél ardor lujurioso que empapaba su tanga... Con la camisa desabrochada y la mano dentro del pantalón, se dió cuenta que no estaba calmándose precisamente, y que deseaba con todas sus fuerzas que fueran las fuertes manos de su demonio las que jugueteaban en su mojado sexo...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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