martes, 20 de diciembre de 2016

ENTRE MIS BRAZOS


Sonrío encantado al ver tu cara de sorpresa al salir del baño y encontrarme apoyado en el escritorio,  desnudo y excitado.
Ven!! Acércate!! Bésame y deja que tus manos gocen sobre mi cuerpo. Muéstrame tu deseo buscando mi lengua con la tuya,  llenando mi boca con tu saliva caliente.
Déjame levantar tu ajustada falda para que mi erección acaricie tus muslos, buscando el húmedo encaje que cubre tu sexo.
Tu mordisco en mis labios, tu suspiro, el movimiento de tus caderas, confirman que la sientes presionando en el lugar adecuado, haciéndola palpitar buscando más roce, más calor...
Sé que estás gozando y deseando dejarte llevar cuando clavas tus uñas en mi nuca y tus dientes se apoderan de nuevo de mi boca...
Date la vuelta, quiero ver ese erizado culo. Déjame que baje un poco tu braguita...  Lo justo para que la sientas entrar entre tus nalgas, colocándose entre la húmeda tela y el abultado clítoris. Aprietate contra mi, mientras te quito la camiseta y el sujetador para apoderarme de esas suaves tetas que vibran al sentir mis dedos sobre tus pezones.
No te prives!! Grita, retuércete, gime, pídeme que muerda tu cuello. Deja que tu mano busque entre tus piernas la dureza de mi erección para acariciarla dentro de tus braguitas...,  y apriétala contra los abiertos labios de tu sexo, provocando  un intenso estremecimiento que nos invada a los dos...
Siente como mi mano agarra tu redonda nalga para azotarla una y otra vez, hasta que acompañes los azotes con agudos gritos, y entre jadeos me pidas que no pare, que te dé más fuerte...
Tengo que hacer un esfuerzo para frenar mi deseo animal y no hundir mis colmillos en tu cuello al sentir como palpita la sangre bajo tu piel...
No pares ese frenético ritmo que nos lleva a un estado de locura donde el único final sea un orgasmo salvaje que me haga explotar llenándote a tí y a tu braguita  con el cálido elixir que tanto te gusta sentir.
 Agradécelo gritando que eres mía, que te vuelvo loca, y regálame tu orgasmo jugoso temblando como una hoja entre mis brazos.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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