domingo, 25 de diciembre de 2016

ARIEL


Rosa abrió el agua caliente de la ducha, y dejo que el agua se calentara. Comenzó a desnudarse disfrutando del momento, mirándose en el espejo antes de que el vapor lo empañara...
Paso a disfrutar del tacto de su piel, para después meterse bajo el agua y sentir los chorros calientes por todo su cuerpo. Le gustaba esa sensación y aprovechaba cada segundo. Toda su piel se erizaba, y eso la llevo a recordar a Ariel.
Hacia semanas que se había marchado por negocios,  prometiendo volver y sorprenderla, de hecho, ella le había dado una llave del apartamento... Pero seguía sin dar señales.
Su recuerdo,  el agua caliente y sus caricias terminaron de excitarla y no pudo evitar acariciarse. Sus dedos comenzaron a jugar con sus labios y su clitoris, y se sumió en una dulce excitación.
Entonces oyó el inoportuno móvil... Ya podia ser importante.  La habían interrumpido y eso la cabreó.  Cerró la ducha, medio enroscada en la toalla. Mojada y húmeda salió al salon-cocina maldiciendo y entonces lo vio...
Ariel, apoyado en la cocina, sin camisa, los pantalones desabrochados, con el móvil en la mano y esa sonrisa victoriosa que a ella la descolocaba por completo. El cabreo pasó a susto, y el susto a deseo de lanzarse en sus brazos, pero él la paró y le pidió que dejará caer la toalla... Quería jugar y eso a ella la sorprendió y excitó, así que la toalla cayó y comenzó a acariciarse siguiendo las indicaciones...
Una mano acariciaba un erizado pezón, y la otra se sumergía en el jugo de unos carnosos labios cada vez más abiertos....
Dejándose llevar por el placer, obedeció cuando le pidió que se diera la vuelta,  que se arrodillara dándole la espalda, sin dejar de acariciarse. Notó como la agarraba por los hombros y se apretaba desnudo contra su espalda. Sintió su dura erección en medio de la espalda, contra el tatuaje que otras veces había recorrido con su lengua. Sintió sus embestidas, como se frotaba contra ella subiendo por su columna hasta su nuca.
Rosa estaba en un punto sin retorno, al borde del orgasmo.  Sus dedos tenían un ritmo frenético y comenzó a sentir una flojera y un temblor en todo su cuerpo que la transportaba al éxtasis total. En ese momento, él la suelta y se coloca frente a ella, permitiéndole disfrutar de aquella magnífica erección.
No hubo ni un segundo de duda. Su boca se apoderó al instante del duro miembro, acompasando de inmediato ritmo de sus dedos con el de su boca.
Le oyó suspirar y gemir de placer, agarrando con fuerza su cabeza. Totalmente fuera de si, entregados el uno al otro, gozando del intenso orgasmo....
Se la sacó de su boca y la colocó entre los sudorosos pechos. La abrazó con fuerza y grito enloquecido mientras bañaba su cuerpo con su cálido elixir.
Para Rosa, ese fue el momento mágico que la llevo a derramarse por completo. Grito extasiada, gozando de la oleada que recorrió su cuerpo, mientras chorreaba empapada en sudor y fluidos...
Aún seguía temblando cuando él la levantó y mirándola a los ojos la besó. Le pareció que volaba cuando la llevó a la cama, y allí, enroscados, se acomodaron y susurró en su oído: "Descansa mi diosa!! Prometo seguir aquí cuando despiertes".

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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