martes, 13 de diciembre de 2016

ENTREMOS EN CALOR


Fuera, mucho frio... Mucha lluvia sobre los cristales...
Dentro, en la habitación,  el calor agradable de la calefacción para que cuando llegues te sientas cómoda y reconfortada. La cafetera a punto para ese capuchino cremoso que tanto te gusta.
Llegas con esos quince minutos de retraso producto de esa agenda loca con la que peleas cada día. Molesta contigo misma por no llegar puntual, con ese mohin que vuelve tu cara aún más deseable.
Con una sonrisa, preparo tu café, invitándote a acercarte para acogerte entre mis brazos y así lograr que entres en calor a base de besos y caricias. El café y los mimos consiguen su propósito, haciendo que te vuelvas una gatita dulce que ronronea sinuosa dejándose mimar.
El ambiente comienza a caldearse de manera imparable, y los cuerpos reclaman protagonismo, pasando en minutos de la dulzura al visceral deseo acumulado en encuentros donde no se podía dar rienda suelta a la pasión que ambos nos provocamos...
Tus besos se convierten en lujuriosos mordiscos sobre mis labios y tu vientre se aprieta, frotándose contra mi abultada bragueta. Necesito un gran esfuerzo para apartarte. Más,  cuando veo tu mirada inyectada de deseo...
Pero hoy quiero jugar. Quiero que sigas mi juego.
Me aparto y me siento frente a ti, pidiéndote que te desnudes para mi. Tu pícara sonrisa me indica tus ganas de jugar, y observo encantado como te vas quitando cada prenda poco a poco.  Veo como tu excitación va en aumento y como tu piel se va erizando según me la vas enseñando...
Puedes ver los efectos en mi pantalón cuando me miras relamiéndote,  completamente desnuda, mostrándote entregada y golosa.
Te pido que te vuelvas, que me dejes ver ese espectacular culo. Que me enseñes como te tocas, como tus dedos acarician tu sexo mientras te agachas y separas tus piernas. El olor a hembra me llega claramente,  llevando mi deseo a un punto casi doloroso que me cuesta dominar, y tengo que contenerme para no saltar y tomarte ya mismo. Logro frenar, y entre suspiros te ruego que no me mires, que no pares de tocarte.
Aceleras gustosamente el ritmo de tus dedos. Tus jadeos y gemidos se vuelven más intensos. Comienzas a temblar, a suplicarme que te haga mía de una vez. Gritas que me quieres dentro de ti cuando veo la humedad de tus labios empapando tus dedos.
Acompaño tus jadeos,  pidiéndote que sigas, rogándote que te acerques, que vengas a sentarte sobre mi...sin mirarme...
Te dejas guiar siguiendo el juego. Te acercas hasta sentarte y descubrir mi cuerpo desnudo bajo el tuyo, suspirando al sentir mi erección entre tus piernas...
Mis manos se apoderan de tus temblorosas tetas a la vez que mis dientes se clavan en tu cuello logrando arrancarte un grito de placer, para después susurrar en tu oído que te amo, que te deseo, que quiero poseerte salvajemente...pero que a partir de este momento tú mandas, tú decides...
Qué mi última orden es que me la agarres con fuerza con tu mano y la uses para gozar, que tu eliges donde y cuando ponerla,  que es tuya, que soy tuyo, que me hagas gozar como sólo tú sabes hacer...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

1 comentario: