domingo, 30 de julio de 2017

LAS NORMAS DE SONIA (IV)

Ya en su casa, en el ascensor... un par de pisos más y... menos mal que era yo el entusiasmado!!! Qué manera de morderme y frotarse contra mí!!!
Está tan acelerada y encendida que en cuanto cierra la puerta de casa, la apoyo contra el mueble del recibidor y me arrodillo a sus pies quitándole los pantalones ya pegados a la caliente piel de sus piernas, relamiéndome de gusto ante el mínimo triángulo de tela húmeda que cubre su pubis. Poseído por el deseo, hundo mi nariz en él, esnifando el cálido aroma, lamiéndolo, mordisqueándolo... La oigo gemir y jadear mientras separa sus piernas invitándome a seguir disfrutando del sabroso manjar. La tela, empapada por el deseo y por mi saliva se transparenta y puedo apreciar como sus hinchados labios se abren cada vez más...
--- Diossss!!!. Quítamelas de una vez... quiero sentirte dentro de mí!!!
No tiene que repetirlo. Por unos segundos, contemplo la golosa imagen que me está regalando, viendo el brillo de sus abiertos labios, el erizado clítoris que reclama las caricias de mi lengua... y ese olor!!!
Siento sus manos en mi cabeza, agarrándome por el pelo para aplastar mi cara en ella haciendo que mi nariz roce su clítoris y mi lengua se pierda dentro de ella. Comienza a gritar más fuerte a la vez que se frota alocadamente sobre mi cara llenándome por completo de su humedad y su olor. Me entrego totalmente a gozar, siguiendo su ritmo, clavando mis dedos en sus temblorosas piernas, en sus nalgas, convirtiéndome en su juguete, notando por momentos como va aumentando la intensidad de sus movimientos y de sus gritos. Me voy encajando más y más en ella, hasta que todo su cuerpo se estremece explotando sobre mi cara, llenándome del sabroso orgasmo que recibo encantado, tratando de no desperdiciar ni una sola gota de su cálido elixir.
Resoplando, temblando, me levanta hasta ponerme a la altura de su boca para lamerme y besarme entre suspiros...
--- Gracias, gracias, gracias... qué rico lo haces!!!. Me has puesto a mil. Creo que te mereces un premio especial, dame cinco minutos en el baño mientras te desnudas y me esperas en la cama.
--- El placer ha sido mío, mi demonio!!! Si insistes, no pienso rechazar el premio... te espero... no tardes...
Ansioso y excitado, me meto entre las suaves sábanas pensando en la diablura que estará maquinando, para verla aparecer en unos minutos después en la puerta, espectacularmente desnuda, con unas cuerdas y una venda negra en la mano...
--- Relájate cielo. Ahora seré yo quien te haga gozar...
Amarra mis muñecas al cabecero de la cama y me venda los ojos entre dulces besos. Me dejo hacer, confiando en ella, sabiendo que siempre se sale con la suya, y que siempre, acabo disfrutando con sus lujuriosos juegos. Sus dedos recorren delicadamente mis pezones y sus labios siguen sobre mi boca cuando suena el timbre de la puerta...
--- Vaya, qué oportuno!!! No te vayas mi lobo, enseguida estoy contigo...
Pasan los segundos lentamente allí amarrado, sin saber que está pasando. Ha cerrado la puerta del dormitorio y no oigo nada, hasta que de nuevo se abre...
--- Dónde habíamos quedado???
--- Ufff, qué pasó???. Quién llamaba???
--- Nada, tranquilo... relájate y disfruta...
Siento el calor de su cuerpo pegado al mío y su lengua en mi erizado pezón. Su mano, agarrando con fuerza mi erección haciéndola palpitar. Me rindo a sus caricias, suspirando en la oscuridad que la venda me proporciona, dejándome llevar, recibiendo en mi boca los dedos de su otra mano. No puedo parar de temblar con cada movimiento suyo, entregado al placer después de tanto tiempo excitado.
Percibo como cambia de posición para sentarse jadeando sobre mi tremenda erección y encajarse en ella por completo hasta sentir sus nalgas pegadas sobre mi piel... y sus manos en mis rodillas!!!
--- Madre mía!!! Estás... Ummm, quiero verte, por favor, quiero ver ese hermoso culo tuyo botando sobre mí!!!
Y entonces, un dedo se posa en mi boca, y cerca de mi oído, su inconfundible voz...
--- Schssss, calla mi lobo... es tu premio...
--- Sonia???... Si tú estás aquí... quién está cabalgando sobre mí de ese manera tan brutal???
--- Te gusta, eh???. Quieres verlo???
--- Uffff !!!. Sí!!!!... por favor...
Su lengua recorre mi cuello y su mano baja por mi cuerpo, pellizcando mis pezones, siguiendo luego su camino buscando mi vientre para terminar rozando mi miembro con su dedo. No sé quien está allí con nosotros, pero entre las dos, me están llevando a un punto tan intenso que mi cuerpo se arquea enervado y mi cabeza está a punto de estallar. Oigo un sonoro cachete, seguido de un agudo gemido a la altura de mis pies e intento reconocerlo... pero mi cabeza no responde... Otro cachete, otro gemido y la voz de Sonia...
--- Cómo me gusta veros a los dos gozando!!!
--- Si mi Ama!!! Pero no pares, necesito tus azotes...!!!
Esa voz, yo la conozco... pero estoy tan excitado que no puedo más que gritar y comenzar a mover mis caderas acompañando aquel maravilloso ritmo frenético, oyendo cómo los azotes de Sonia son cada vez mas fuertes. Se mezclan los gritos y los gemidos y a punto de un clímax salvaje oigo a Sonia gritar también con su cara en mi vientre...
La habitación se llena de gemidos, de suspiros, de sonoros cachetes, antes justo de explotar en uno de los orgasmos más increíbles que puedo recordar y sumergirme en una nebulosa mental en la que creo que alguien más ha tenido su jugoso momento también, pero solo puedo respirar aceleradamente y retorcerme tensando mis brazos contra las cuerdas que los sujetan...
Suena de nuevo la puerta al cerrarse después de que una de ellas se baje de la cama. Sé que Sonia sigue allí, y que la otra chica se ha despedido cariñosamente de su Ama y en ese momento, comprendo todo el maquiavélico plan de ese demonio pelirrojo para cumplir su palabra y entregarme a su sumisa camarera pero dejando bien claro quien pone las normas... por si aún tenía alguna duda...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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