viernes, 21 de julio de 2017

LA SENDA DEL DESEO

Al final de los escalones de piedra, mi jardín se une con el frondoso bosque, fundiéndose con el cercano monte que rodea la montaña desde la cual mi Señor Lobo vigila su territorio como un poderoso rey que otea sus dominios desde la torre más alta de su castillo.
Al atardecer, con los últimos rayos de sol filtrándose entre las hojas, siento como mi cuerpo se acelera haciendo que me encamine decididamente hacia el angosto sendero que cada luna llena me conduce a los brazos de mi Señor.
Recorro la conocida ruta sin ningún tipo de temor, dejando que la brisa y los aromas del bosque vayan erizando mi blanca piel provocando una deliciosa sensación que recorre todo mi cuerpo y aumenta con cada paso sobre el manto de ramas y hojas que difumina el camino hacia la profundidad del bosque...
Su fino olfato ya hace rato que habrá descubierto el rastro cálido que mi creciente deseo va dejando entre los árboles. Percibo su presencia antes de poder llegar a verle y avanzo segura, sintiendo como la sangre hierve en mis venas, sabiendo que él lo notará y afilará sus colmillos.
Imagino como se relame con ganas de saciar su hambre mordiendo mi cuello y mis pasos se transforman en un ansioso trote agitando mi respiración, deseando llegar al claro del bosque donde rendirme a ser poseída por mi Señor Lobo bajo una luna llena que ya reina en el cielo bañándolo todo con su pálida luz...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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