domingo, 2 de julio de 2017

EN TU TERRAZA

Sentada en la terraza, en tu sillón favorito, presumiendo orgullosa de tus blancas piernas, aprovechando la frescura del atardecer.
La yema de tus dedos pasa muy lentamente por cada uno de esos preciosos lunares que tanto te gusta hacerme contar a besos hasta llegar al borde de encaje del delicado y corto camisón negro que llevas puesto. Recorres muy despacio el borde de la tela, subiéndola un poquito mientras te relames viendo como mis ojos siguen el recorrido tratando de mirar bajo ella desde la silla en la que me has atado y amordazado frente a tu sillón...
Separas un poco las piernas, lo justo para encenderme más, pero sin llegar a dejarme ver si llevas algo debajo, sonriendo encantada al ver como me retuerzo en la silla resoplando por la nariz ante la imposibilidad de lanzarme sobre tu cuerpo. Una de tus manos sube por la suave tela hasta tu escote para introducirse bajo ella en busca del erizado pezón y suspiras al rozarlo con tus rojas uñas y hacer así que se marque aún más entre las transparencias del encaje que mínimamente cubre tus espectaculares pechos.
La excitación se marca en tu cara al mismo tiempo que en mi pantalón, haciéndote sonreír golosamente por el triunfo conseguido y me regalas la maravillosa visión de tu entrepierna al abrir lujuriosamente las piernas y mostrarme exultante su completa desnudez.
El deseo se apodera de ti y te acaricias sin pudor a la vez que bajas el tirante del camisón para dejar a la vista esa impresionante teta tuya y apretarla con pasión, y logras que de nuevo intente liberarme sin éxito y luche con las cuerdas que sujetan mis manos al respaldo de la silla. Veo tus ojos inyectados por el deseo, veo como te muerdes los labios jadeando, veo como te levantas del sillón para acercarte a mí y dejar por el suelo el camisón, y así, desnuda, encendida, liberar mi boca de la mordaza para llenarla con tus empapados dedos y dejarme saborear el cálido néctar de tu ardiente sexo...
Solo un instante, lo justo para llenar mi boca con tu adictivo sabor, y vuelves a ponerme la mordaza antes de que pueda protestar... y te giras y me enseñas ese grandioso culo, ese que otras veces pides que azote sin miramientos... y te sientas sobre mi abultado pantalón, frontándote, gozando y haciéndome gozar... y puedo oler tu pelo, y acercar mi nariz a tu cuello para esnifar el intenso aroma a hembra en celo que brota de cada poro de tu piel...
Siento como tu humedad moja mi pantalón, oigo tus gemidos, tus suspiros... sé que no puedes parar y que vas a correrte sobre mí gritando, disfrutando de tenerme a tu entera disposición. Tu cuerpo se arquea entre espasmos explotando en un brutal orgasmo que está a punto de lograr que te acompañe en ese mágico momento... pero logro aguantar... Te conozco, sé que habrá más, sé que querrás hacerme temblar recorriendo mi cuerpo con tu boca y con tus manos...
Aún con la respiración acelerada, te das la vuelta para soltar el pañuelo que hace de mordaza y poder devorar mi boca susurrando entre cada mordisco un sentido gracias, y recorrer mi pecho desnudo con tu mano hasta alcanzar mis pezones y clavar tus uñas sobre ellos... Tu lengua invade mi boca buscando la mía mientras te acurrucas sobre mí logrando que me estremezca y que mis músculos se tensen bajo la cuerda que sujeta mis brazos. Cómo si adivinaras mis pensamientos, te apartas, te vas tras la silla y sueltas mis ataduras. Luego, con cara de gatita mimosa en celo, me tiendes la mano para guiarme hacia la habitación...
--- Te has portado tan bien que te mereces un buen premio. Me encanta cuando me dejas ser yo misma y gozarte... Ven, sigue siendo mi juguete un ratito más, sabes que habrá un gran regalo para mi niño obediente...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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3 comentarios:

  1. Contar lunares con los labios, regalando a cada uno de ellos un suave beso,sintiendo temblar de deseo la piel, respirando cada uno de tus suspiros.
    Contar los lunares prohibidos,mientras mis manos enredan en tu pelo, y levantando la mirada al cielo descubro una gruesa cuerda trenzada de sedas blancas atada a la luna,y descubro que soñar es volar entre letras.
    Contar lunares, cientos de lunares estremecimiendo la humedad que late entre las piernas.

    Sor luna.

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    1. Ufff, va a ser que el comentario mejora el relato...
      Un abrazo hermana Luna

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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