jueves, 11 de mayo de 2017

TE IMAGINO

Mi mente calenturienta te imagina. No puedo ni quiero evitarlo...
Cierro los ojos y te veo abriéndome la puerta, invitándome a pasar. La cierro tras de mí viendo como te apoyas en el taquillón de la entrada, mirándome con esa media sonrisa que me hipnotiza... Tu pelo suelto hacia un lado, dejando al descubierto la piel de tu cuello. Tu camisa negra, ajustada, marcando claramente los endurecidos pezones para que vea que no llevas nada debajo...
Sin decir nada, bajo por tu cuerpo recorriendo con la mirada la cortita falda negra que se ajusta sobre tus muslos, resaltando unas piernas de piel suave rematadas por unos zapatos de vertiginosos tacones. Repito el camino hacia arriba notando como tu respiración se acelera y tu cuerpo se arquea, para terminar clavando mis ojos en los tuyos, acercándome a ti, acariciando tu cuello con mis dedos, buscando tu cintura, pegándome por completo a tu tembloroso cuerpo.
Tu aliento tan cerca de mi boca. Tus labios a punto de rozar los míos... Y ya no puedo más que besarte apasionadamente, estrujándote, buscando tu lengua, recibiéndola con placer dentro de mi boca.
Tus manos buscan los botones de mi camisa para desabrocharlos y rozar mis erizados pezones sacándome un delicioso gemido con un fuerte pellizco. Luego abres tu camisa mostrándome tus preciosas y pequeñas tetas antes de apretarlas contra mi pecho con fuerza suspirando, llenando mi boca con tu lengua y tu saliva caliente...
Totalmente encendido, mis manos buscan tus caderas, tus nalgas, tu culo, apretando fuerte, buscando el borde de tu falda para sentir tu piel y meter mi mano bajo ella, descubriendo el suave tacto de tus redondas nalgas al mismo tiempo que me llevo la lujuriosa sorpresa de comprobar que tampoco llevas nada bajo esa cortita falda. Mi excitación ya es perversamente visible, y más cuando, tras subirte la falda y apretarte contra mí, percibo el calor húmedo de tu sexo sobre mi abultada bragueta.
Gimes encantada apartando tu boca para mirarme relamiéndote con los ojos inyectados de deseo, y esa visión me vuelve loco, haciendo que me arrodille ante ti, hundiendo mi nariz entre tus piernas para embriagarme de tu olor a hembra en celo y besar esos abiertos labios y recorrerlos con mi lengua con la misma pasión con la que devoraba tu boca hace solo unos instantes. Busco y encuentro tu abultado clítoris y me entrego a gozar de los temblores y jadeos que arranco de ti, haciendo que el placer te recorra por dentro en oleadas salvajes hasta llevarte a gritar en una jugosa explosión que agradezco y paladeo sin desperdiciar ni una sola gota de ese cálido néctar que viertes sobre mi cara mientras aprietas mi cabeza tirando de mi pelo...
Me levanto para deshacerme de mi ropa y liberar mi erección degustando la maravillosa imagen de tu tembloroso y excitado cuerpo durante el breve instante que tardas en apoderarte golosamente de mí enrojecido miembro con tu mano y acercarlo a rozar tus hinchados labios, invitándolo a entrar...
Y no tienes que insistir. Mi lengua invade tu boca al mismo tiempo que te penetro con una acelerada embestida que inicia el frenético momento de hacerte mía... Jadeando, respirándonos, gimiendo acompasadamente, empapados el uno del otro, enganchados al intenso placer de llegar juntos a un salvaje orgasmo y derramarnos en una cascada de sensaciones, sin poder distinguir donde termina un cuerpo y comienza el otro...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

No hay comentarios:

Publicar un comentario