miércoles, 10 de mayo de 2017

SIN PALABRAS...

Un cremoso capuchino, un cigarrillo recién encendido, apoyado desnudo en la mesa del salón, paladeando los sabores y los aromas...
La escena se convierte en algo delicioso cuando tú apareces por la puerta, mirándome de arriba abajo con tu mirada más golosa, fijándote y relamiéndote sin ningún disimulo.
Desde la mitad del salón comienzas a desabrochar tu camisa negra. Poco a poco, disfrutando del momento, para terminar quitándotela y mostrarme el negro sujetador de encaje que cubre tus sabrosos pechos. Los acaricias mientras te muerdes el labio y puedo ver como tus pezones se erizan bajo la tela, provocando en mí el efecto que buscas.
Sonríes maliciosamente ante el logro conseguido, y te giras para quitarte el sujetador y dejarlo sobre el sofá. Luego, con un gesto, sin pronunciar palabra, me pides que te siga... Te sigo!!. Sintiendo crecer mi erección, sin poder apartar la vista de la ajustada falda de cuero que aprieta tus nalgas...
Ya junto a la cama, de espaldas, bajas la cremallera de la falda, dejándola caer al suelo, y te giras presumiendo orgullosa de tus maravillosas curvas. Miras con deseo mi erección jugando con tus manos bajo la tela negra de tus mínimas braguitas, y puedo ver como se van humedeciendo. Pienso en saltar sobre ti, y comerte entera, pero sigues pidiendo calma con tus gestos... Me pides que espere un poco más...
Haciendo un esfuerzo, obedezco a regañadientes para gozar mirando como tu braguita baja lentamente por tus muslos y ver como te quedas desnuda frente a mí, con solo las medias a juego que cubren tus piernas.
Te tumbas bocabajo en la cama, colocando un cojín bajo tu vientre para que tus nalgas se levanten más y ya no tenga otro lugar donde clavar mi mirada. Tus manos las recorren apretándolas, separándolas, haciendo que me encienda por completo y mi respiración se acelere. Notas mi deseo y comienzas a gemir cuando uno de tus dedos roza justo entre ellas.
Puedo oler el intenso y cálido aroma que desprende tu empapado sexo y me acerco olisqueando cómo un animal en celo...
Y ya no puedo seguir mirando, necesito tocarte ya!! Me coloco sobre ese hermoso culo tuyo apoyando mis manos en tu espalda, logrando que tus gemidos aumenten y se conviertan en jadeos al apoyar mi tremenda erección entre tus temblorosas nalgas. La acerco más, presionando en el sitio adecuado hasta transformar tus jadeos en gritos de placer y hacer que tu cuerpo se estremezca... Y por fin, oigo tu voz entrecortada entre suspiros...
--- Sí, sí!!. Hazme tuya mi lobo!! Tómame así, fuerte, cómo tanto me gusta!!

MICHEL GARCÍA 
LEGNA LOBIO NEGRO

derechos reservados

No hay comentarios:

Publicar un comentario