viernes, 26 de mayo de 2017

NOCHES EN VELA

Me temo que va a ser difícil dormir esta noche.
El plomizo cielo que cubre la ciudad amenazando con descargar una gran tormenta, hace que el pegajoso calor que inunda el apartamento cubra mi piel de incontables gotas de sudor. Ni con las ventanas abiertas logro que corra un poco de aire que consiga refrescar mi desnudo cuerpo...
Una ducha fría ayudaría a calmar esta sensación agobiante, pero me niego a hacer desaparecer el olor que has dejado incrustado en mis poros mientras nos enredábamos esta tarde entre las sábanas de mi cama. Han pasado ya dos horas desde que te fuiste, pero tu perfume, tu aroma a hembra en celo sigue llenándolo todo para que me estremezca y desee volver a tenerte gimiendo y jadeando al compás de las embestidas de tus caderas sobre mi entregado y excitado cuerpo.
Intento que esas lujuriosas escenas desaparezcan para que el bochornoso calor no siga creciendo, pero cuando me dejo caer sobre las revueltas sábanas, el inconfundible aroma a sexo que las empapa me lleva de nuevo a recordar esa expresiva cara tuya. Veo de nuevo tu mirada inyectada de deseo, y las muecas de tu boca cuando te retuerces gozando de placer. Solo tengo que cerrar los ojos para revivir cada segundo del salvaje encuentro que cada jueves convierte mi dormitorio en el templo del deseo donde la gatita mimosa y pudorosa se transforma dejando salir a la fiera insaciable que la vuelve una fogosa loba que grita soeces palabras cuando la imparable catarata de orgasmos hace que todo su cuerpo se estremezca, llevándome a perder cualquier atisbo de cordura en un éxtasis compartido donde acabo siendo un incondicional sumiso que solo quiere ver a su diosa gozar...
Está claro, va a ser una noche larga...
Pasa por mi cabeza la idea de escribirte para contarte que necesito volver a tenerte, pero sé que no puedo hacerlo. Debo respetar tus inquebrantables reglas y esperar a que las ganas de hacerme tuyo te hagan coger el móvil y decidas volver a sentirte mujer poseyendo mi cuerpo y mi alma en otro encuentro clandestino. Y yo volveré a decirte que te espero impaciente para rendirme una vez más sin condiciones, sin reservas, aceptando que no estoy dispuesto a perderme ni uno solo de esos instantes en los que llego a tocar el cielo entre tus brazos mientras te regalo el elixir de mi orgasmo...
Y volveré a maldecir al echarte de menos...
Y volveré a pasar noches en vela...
Y volveré a jurar que será la última vez...
Y volveré a ceder cuando aparezcas de nuevo...
Y acabarás por volver loco a este viejo lobo, este que en tu presencia deja de ser cazador para ser la resignada presa, este a quien conviertes cada jueves en un incurable adicto a la peligrosa droga del sexo más alucinante que he conocido jamás....

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

2 comentarios:

  1. Esta me encanta,todos en algún momento nos hemos topado con esa sensacion

    ResponderEliminar