domingo, 6 de enero de 2019

JUGANDO A DESLUMBRARME.

Ella sabía cómo deslumbrarme. Conocía perfectamente los trucos necesarios para conseguir que la siguiera con la mirada por toda la habitación sin perder detalle de esos seductores movimientos suyos con los que lograba poner todos mis sentidos en estado de alerta.
Y también sabía que cuando decidía jugar con el vuelo de alguna de esas cortitas faldas mi atención se disparaba. Y ella, consciente de esas maravillosas armas de mujer, giraba y bailaba orgullosa de su cuerpo y del efecto que lograba en mí... Y yo disfrutaba de aquel privilegiado espectáculo tratando de no perder detalle, jugando a descubrir lo que se escondía bajo la vaporosa tela de su falda.
Le gustaba provocarme. Adoraba seducirme, excitarme... Y gozaba consiguiéndolo...
Y yo la dejaba hacer. Mis ojos la recorrían reprimiendo las ganas de saltar sobre ella y jugar con mis manos bajo aquella insinuante tela que danzaba al ritmo que sus caderas iban marcando.
La veía reír segura y poderosa. Veía como el juego iba excitando su cuerpo y como su mente gozaba al sentirse mujer deseada...
Hasta que yo ya no podía aguantar más y me lanzaba a perseguirla, y ella, entre risas, se dejaba atrapar para que yo comiera a besos esa tentadora boca suya mientras ella se apretaba contra mi cuerpo para terminar casi siempre por confesar entre jadeos que se había comprado esa tarde unas braguitas nuevas y que se moría de ganas por dejar que mi boca las estrenara...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

martes, 25 de diciembre de 2018

ETERNA GRATITUD A MIS DIOSES.

No puedo hacer otra cosa que agradecer a mis dioses el haberme permitido volver a vivir el mágico momento de contemplar su pequeño tanga negro.
Esa inolvidable imagen permanecerá en mi mente durante el resto de mis días de manera inalterable e imborrable, y me acompañará cada noche al cerrar los ojos... y me hará soñar recreando los momentos en los que mis dedos lo recorrían sintiendo crecer bajo su suave tela una cálida humedad... esa humedad que no miente, esa que me hacía sentir el hombre más afortunado del planeta...
Y aunque duela saber que son solamente recuerdos, seguiré volviendo a ellos mil y una veces para poder trasladarme de nuevo a esos instantes en los que mis manos bajaban lentamente ese mínimo trozo de tela y el inconfundible aroma de su deseo inundaba la habitación.
Y tras el agradecimiento, llegarán nuevas plegarias, nuevas peticiones a mis dioses, para que me concedan el privilegio de volver a saborear con lujuria cada centímetro de ese magnífico cuerpo de mujer creado para ser deseado, amado y adorado.
Rogaré con todas mis fuerzas suplicando tener de nuevo la dichosa suerte de verla disfrutar de mis caricias mientras se entrega a gozar sin miedos ni pudores con todos sus sentidos.
Y sé que mis dioses no me fallarán... y escucharán mis plegarias...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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miércoles, 19 de diciembre de 2018

QUIZÁS MAÑANA.

Igual que tantas otras noches, Sara se desnuda en la soledad de su cuarto soñando que él desabrocha lentamente su camisa, y que son sus manos las que rozan con delicadeza la erizada piel de sus pequeños y sensibles pechos.
Y vuelve otra vez a dejarse llevar y a fantasear con las caricias de sus dedos sobre unos temblorosos pezones que se endurecen reclamando atención. La misma y recurrente fantasía que la va llevando hacia lujuriosos escenarios donde aquel enigmático personaje deja de ser un simple compañero de trabajo que la trata con fría y educada distancia y se convierte en un apasionado amante que recorre con decisión y destreza cada rincón de su cuerpo.
Imposible parar. Su excitada piel quiere más, y sus dedos conocen perfectamente el camino a recorrer antes de llegar al punto exacto donde arrancar intensos y sinceros suspiros entre los que se escapa el nombre de su deseado amante. Y allí, sobre la desbordante y cálida humedad, sus dedos aceleran el ritmo mientras en su cabeza es él quien la penetra y la hace suya arrancando espasmos en su frágil cuerpo que le hacen gritar su nombre una y otra vez.
Y otra noche más, jadeando, excitada, empapada, se acuesta en aquella enorme y solitaria cama echando de menos su presencia, y termina por cerrar los ojos abrazada desnuda a su almohada.
Quizás algún día reúna el valor suficiente para plantarse frente a él y confesarle sin pudor lo que provocaba en su mente y en su cuerpo. Quizás se atreva a contarle que desde que él llegó a la empresa, sus noches son un lujurioso tormento que ha despertado la parte más ardiente de su femenina condición...
Quizás algún día...
Quizás mañana...
O no...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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lunes, 17 de diciembre de 2018

LOCURAS...

Ese delicioso momento en el que te muerdes los labios saboreando los recuerdos de las inolvidables locuras cometidas de manera sincera y consciente.
Locuras de las que no te arrepentirás nunca.
Locuras que te llevan a estremecerte volviendo sin ningún tipo de remordimiento a recrear mentalmente cada una de esas tórridas escenas donde se disparaban los instintos animales, logrando que tu cuerpo vuelva a sentir el mismo torbellino de inconfesables y excitantes emociones.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 13 de diciembre de 2018

PARA MIS AMIGAS...

Dicen las noticias que las brujas han tomado París, que se han apoderado de cada calle y cada barrio por sorpresa, dejando a los perplejos humanos encerrados en sus casas.
Dicen que es el principio de su orquestado plan de venganza, y que piensan hacer lo mismo en cada ciudad del planeta.
Y no puedo evitar pensar en los siglos que han pasado escondidas en la clandestinidad por culpa de la represión que esta hipócrita e interesada sociedad les ha obligado a padecer. Supongo que ahora habrá muchos que estén atemorizados al ver tambalearse los cimientos de ese mundo creado sobre los oscuros valores del poder económico... sobre todo aquellos que empiecen a ser conscientes de que tendrán con ellos la misma compasión que ellas han recibido durante todo el cautiverio sufrido.
Y no puedo evitar alegrarme por ellas.
Vienen a mi mente los recuerdos de todas esas amigas y compañeras de viaje que estarán ahora a punto de ese renacimiento que las hará salir de las sombras y recuperar sus poderes... y espero que sigan acordándose de este viejo lobo canoso que siempre se mostró de manera honesta y leal con ellas, dispuesto a ser el amante, el amigo, el confesor o el fiel escudero que precisaran en cada momento...
Seguramente me lleve alguna sorpresa, pero con otras, no habrá duda posible... recuerdo algunas miradas de fuego, algunos aromas inolvidables y algunas pieles erizadas que solo pueden pertenecer a alguna de esas mujeres que los cobardes llaman brujas...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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martes, 11 de diciembre de 2018

Y ELLA MIRÓ AL DEMONIO...

En todo este tiempo sin noticias suyas pude imaginar multitud de posibles escenarios donde nos reencontrábamos, pero la realidad supera siempre a la ficción. Y cuando creía tenerlo todo bajo control y superado, aparece de repente sin aviso ni anestesia y todas mis seguridades, todas mis defensas se convierten en un frágil castillo de naipes que ella derrumba a golpes de sonrisas.
Hace tiempo, yo había sido aquel demonio que la había mirado haciéndola temblar, logrando despertar a la ardiente mujer encerrada bajo aquel delicioso cuerpo, sacando a relucir su más lujurioso lado femenino. Pero ahora soy yo quien tiembla y se enfrenta a demonios internos que revolucionan todo mi ser.
Lo que en un principio parecía un agradable y divertido reencuentro, con el paso de los días está haciendo renacer sentimientos y emociones que mi mente no logra asimilar.
Ni todas las herramientas mentales adquiridas con el paso de los años, ni la fría analítica racional, parecen servir para dejar de dar vueltas en mi cabeza a cada momento compartido entre risas y cervezas buscando claves que me permitan entender esas sensaciones. El seguro demonio de mirada penetrante se está convirtiendo en un tembloroso y desconcertado cachorrito que pensaba haber superado los instantes disfrutados al lado de aquella mujer de atractiva y poderosa mente, y entonces vuelven a retumbar en mi cabeza sus gritos y gemidos mientras se estremecía entre mis brazos clavando sus uñas en mi espalda...
Y de nuevo, inquieto, nervioso, casi asustado, me toca enfrentarme a las voces que repiten una y otra vez esa realidad tantos meses evitada. Esa realidad que me obliga a aceptar la incuestionable verdad... no es posible librarse de una mujer con una mente tan maravillosa... y si además cometes la peligrosa osadía de acariciar de nuevo su cálida piel, entonces estás irremediablemente perdido...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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viernes, 7 de diciembre de 2018

TUYA!!!

Arrodillada para ti, mi señor.
Esperando ansiosa sentir que te acercas y me miras con deseo relamiéndote con el sabroso manjar que gustosamente te ofrezco antes de que tus fuertes manos recorran mi cuerpo apretando duramente mis carnes hasta dejar tu huella sobre ellas.
Gozando de esa apasionada aceleración que desboca tu respiración y te lleva a morder mi cuello mientras jadeas victorioso al descubrir el húmedo calor que brota entre mis muslos.
Notando esa lujuria tuya que me enciende sin remedio hasta hacerme gemir suplicando que hagas conmigo lo que quieras.
Anhelando el instante en que agarres mi cara y me permitas saborear tu ardiente virilidad, y hacerla palpitar entre mis labios entregada a regalarte el placer que te mereces, disfrutando de ser tu sumisa y fiel esclava.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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lunes, 26 de noviembre de 2018

EL VENENO DE SU BOCA.

Primero te deslumbra la mágica curva de su sonrisa...
Luego, vuelves a mirar, y descubres toda la hermosura del resto de sus curvas.
Y entonces deseas perderte derrapando sobre cada una de esas curvas, y aprender braille sobre su erizada piel, gozando de cada centímetro mientras la ves morderse los labios invitándote a devorarlos.
Y en ese instante, sabes que acabas de firmar tu completa rendición, y asumes que ya no habrá otro veneno que quieras probar que no sea el de su boca.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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viernes, 23 de noviembre de 2018

DOÑA LOLA. (último capítulo)

El recuerdo de aquella noche de fría despedida me acompañó mucho tiempo durante los solitarios primeros meses de mi nueva vida lejos de la librería. Pero la vida seguía avanzando llevándome hacia otras realidades en una gran ciudad y en un nuevo trabajo con más obligaciones y responsabilidades.
No me arrepentía de la decisión tomada, pero si echaba de menos la lujuriosa pasión de aquellos morbosos encuentros clandestinos.
Aparecieron nuevas relaciones, nuevas aventuras, pero ninguna de ellas lograba llevarme a niveles de estremecimiento similares, ni conseguían hacerme sentir tan enganchado y compenetrado. El listón había quedado muy alto, y con el tiempo fui aceptando esa realidad.
Los años iban cayendo, y mientras mi estatus profesional crecía, más cómodo me sentía disfrutando de mi soledad. Hasta que hace casi un año apareció Laura desmoronando mis barreras con la frescura y naturalidad de su sonrisa.
Poco a poco fui comprendiendo que ella me aportaba una nueva y desconocida sensación de tranquilidad. Con el paso de las semanas acepté que me encontraba bien con esa novedosa situación, y terminamos por irnos a vivir juntos dejando aquella anterior etapa de mi vida en ocasionales recuerdos que aparecían cada vez con menos frecuencia.
Me gustaba mi nueva realidad.
Fuimos conociéndonos, aprendiendo a disfrutarnos y a compartir con una sorprendente y agradable facilidad. Solíamos quedar tras el trabajo para compartir un momento de relax saboreando un café antes de planear con tranquilidad el resto del día, así que no me sorprendió recibir esta tarde un mensaje suyo diciendo que cuando saliera de la tienda donde trabajaba se tomaría un café en la cafetería de al lado. Lo que si llamó mi atención y despertó mi curiosidad fue que iba a tomarlo con su madre...
No sabía mucho de ella. Era un tema complicado para Laura, y lo único que había podido sacar en claro es que unos años atrás habían tenido un enfrentamiento que las había distanciado. Al parecer, Laura descubrió que su madre tenía una aventura, y eso era algo que ella ni entendía ni aprobaba, y tras una fuerte discusión, cada una siguió su camino, manteniendo desde entonces un mínimo contacto. Pero hoy estaba en la ciudad, y Laura quería que me conociera, así que aquí estoy, entrando en el bar, dirigiéndome hacia la hermosa sonrisa con la que Laura me saluda.
El excitante olor del café acompaña mis pasos, pero poco a poco se va difuminando y comienza a llegarme el familiar e inconfundible aroma de aquel perfume a base de esencias de jazmín. Un perfume que crece según me voy acercando a la melena morena de aquella mujer que comparte mesa con Laura.
Un nervioso temblor comienza a apoderarse de mis piernas. Un temblor que aumenta por momentos y recorre todo mi cuerpo haciéndome pensar en dar media vuelta y salir corriendo. Un temblor que me paraliza por completo cuando esa mujer vuelve su cabeza para mirarme y permitirme descubrir tras su negra melena la inquietante y turbadora mirada de doña Lola...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 15 de noviembre de 2018

DOÑA LOLA. (capítulo tercero)

Me convertí en su juguete secreto con la entrega de un alumno ansioso por aprender y descubrir los secretos del placer carnal. Y aquellos lujuriosos juegos que ella ponía en práctica conmigo daban mil vueltas a cualquier otra fantasía que mi mente se hubiera atrevido a imaginar, logrando volverme un adicto a entregarme a mi seductora maestra.
En ocasiones, me podía la pasión romántica, y soñaba con fugarnos juntos y empezar una nueva vida en otro lugar. Pero ella se encargaba de frenar mis alocadas ideas, y con una inquietante frialdad me recordaba sin titubeos que ella nunca dejaría a aquel adorable ser que la había acogido a ella a su hija cuando peor lo estaban pasando. Tenía muy claro que estaría siempre al lado de don Cosme, y que mi papel era exclusivamente el de satisfacer esa parte física con la que su anciano esposo ya hacía tiempo que no podía cumplir.
Y yo me sentía fatal. En parte por el sentimiento de culpa, en parte por reconocer que con ella no existiría nunca algo más que placer por placer... y me prometía no volver a verla, apartarme de aquel lujurioso cuerpo que desvelaba mis noches...
Pero ella regresaba. Se acercaba a mí con aquella mirada lasciva que hacía brotar llamas en mi pecho, llamas que recorrían mi cuerpo en abrasadoras oleadas cuando ella encontraba el momento adecuado para susurrar en mi oído que acababa de comprarse unas braguitas rojas y que estaba deseando que mi boca las estrenara.
Y cual sumiso corderito, acababa por sucumbir una y otra vez a sus deseos y volvía a gozar dejándome guiar por los caminos lujuriosos del sexo más apasionado que jamás podría haber llegado a imaginar...
Mientras, en la librería, don Cosme me daba cada vez más responsabilidades valorando mi trabajo, y eso me hacía entrar en una angustiosa sensación de culpabilidad sabiendo que aquello no estaba bien, y me llevaba a entender que tarde o temprano debería ponerle punto final, aún con la certeza de perder para siempre aquella increíble manera de disfrutar con la que doña Lola regalaba mis sentidos y mi cuerpo.
Pasaban las semanas y los meses, y seguía sin encontrar la manera de no rendirme a sus encantos, y aunque mi intención era fuerte, mi cuerpo era débil. Pero cuando llegó la contestación a una oferta de una editorial en la capital a la que yo había enviado una solicitud de empleo, supe que era el momento, que no tendría otra oportunidad.
Don Cosme se mostró triste por mi partida, pero entendió mis ganas de mejorar mi situación y me animó felicitándome sinceramente por ello. Incluso preparó una carta de recomendación por si pudiera servirme de ayuda, logrando emocionarme, haciendo que me sintiera eternamente agradecido, consiguiendo que aún tuviera más claro que debía alejarme de allí de una vez por todas.
La despedida de doña Lola fue mucho más decepcionante para mí. Con su habitual frialdad, asumió el momento y se limitó a reconocer que siempre recordaría los buenos momentos compartidos, y tras regalarme un ardiente encuentro de despedida, me deseo buena suerte en mi nueva vida.

Continuará...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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