domingo, 6 de enero de 2019

JUGANDO A DESLUMBRARME.

Ella sabía cómo deslumbrarme. Conocía perfectamente los trucos necesarios para conseguir que la siguiera con la mirada por toda la habitación sin perder detalle de esos seductores movimientos suyos con los que lograba poner todos mis sentidos en estado de alerta.
Y también sabía que cuando decidía jugar con el vuelo de alguna de esas cortitas faldas mi atención se disparaba. Y ella, consciente de esas maravillosas armas de mujer, giraba y bailaba orgullosa de su cuerpo y del efecto que lograba en mí... Y yo disfrutaba de aquel privilegiado espectáculo tratando de no perder detalle, jugando a descubrir lo que se escondía bajo la vaporosa tela de su falda.
Le gustaba provocarme. Adoraba seducirme, excitarme... Y gozaba consiguiéndolo...
Y yo la dejaba hacer. Mis ojos la recorrían reprimiendo las ganas de saltar sobre ella y jugar con mis manos bajo aquella insinuante tela que danzaba al ritmo que sus caderas iban marcando.
La veía reír segura y poderosa. Veía como el juego iba excitando su cuerpo y como su mente gozaba al sentirse mujer deseada...
Hasta que yo ya no podía aguantar más y me lanzaba a perseguirla, y ella, entre risas, se dejaba atrapar para que yo comiera a besos esa tentadora boca suya mientras ella se apretaba contra mi cuerpo para terminar casi siempre por confesar entre jadeos que se había comprado esa tarde unas braguitas nuevas y que se moría de ganas por dejar que mi boca las estrenara...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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