sábado, 4 de febrero de 2017

ESCUCHA MIS PLEGARIAS (V)

Pensar en acariciar su cuerpo hace que mis pezones se alteren reclamando caricias, y mis manos actuen de inmediato apretándolos mientras mi cuerpo se arquea y mis piernas se abren buscando aire fresco que calme el calor que surge por momentos bajo la tela mojada de mis blancas bragas. Cierro los ojos suspirando, dejando que mi mente vuele en busca de su angelical cuerpo e imagino su suave piel bajo el blanco habito de novicia...                                        
El sonido de una llamada entrante en el móvil interrumpe bruscamente mi jugoso ensoñamiento. Tengo que esforzarme para controlar mi respiración, pero al ver que es él, Luis, me vuelvo a acelera, y contesto con una extraña voz, sintiéndome ridícula, nerviosa y todavía más acalorada...
Por suerte, no parece haberlo notado, y con esa varonil voz suya, se disculpa por haber tenido que marcharse dejando tan maravilloso espectáculo en su cama. Me dice que aún recuerda el delicioso aroma de mi cuerpo sudoroso entre sus brazos, que recuerda cada jadeo, cada suspiro, y que sólo con escuchar ahora mi voz, se está excitando y deseando volver a sentirme...              
Y yo, sólo acierto a decirle entre suspiros que venga ahora mismo, que yo también lo deseo.
Pero su respuesta no es la que yo estaba esperando. Sus planes de pasar el domingo juntos se han ido al garete. Tiene que pasar unos días fuera por algo relacionado con asuntos familiares, pero que en cuanto se solucionen, volverá y me compensará con una cena romántica donde dará respuesta a todas las preguntas que quiera hacerle. Tras prometerme que no habrá más misterios y pedirme sólo un poco más de paciencia, se despide diciendo que se siente feliz y afortunado porque nuestros caminos se hayan cruzado y que hacía mucho tiempo que no deseaba a nadie como a mí...
Y aqui estoy, de nuevo a solas, con una extraña mezcla de sensaciones. Desilusionada, excitada, nerviosa, enfadada... No parecía qué el domingo fuese a resultar muy interesante!!!
Me levanto para preparar otro café, y al moverme, la humeda tela de mis bragas me recuerda que hace unos minutos fantaseaba con aquella criatura angelical, con la otra parte del rompecabezas en que se estaban conviertiendo los últimos días. Ya no sabía qué pensar, ni cómo reaccionar, y eso era algo muy poco habitual en mi organizada y metódica vida. Al segundo sorbo de café, mi estómago protesta recordándome que era ya hora de meter algo sólido en mi cuerpo, así que volveremos a la normalidad del día a día y dejaremos que las cosas se vayam colocando poco a poco... Tampoco puedo hacer mucho más...                                                        
Y el teléfono vuelve a sonar. Quién será ahora???
La voz de sor Lucía al otro lado del móvil me vuelve a sumir en un mar de inquietudes. Me propone salir a comer juntas!!! Luis la acaba de llamar para decirle que estará unos días fuera y darle mi número por si yo necesitaba algo.
Un poco desconcertada, acierto a darle las gracias y ella responde con la sorprendente idea de ir a comer juntas y así dejar por un rato su retirada vida espiritual. Mas desconcertada aún, no consigo rechazar su oferta, y entre risas nerviosas, me transmite su alegría y sus ganas de volver a ponerse unos vaqueros ajustados después de tanto tiempo...  
No sé cómo lo hace, pero logra que me ilusione con el plan, y me pongo a escoger ropa cómo si de una cita se tratase...                                                                  
Iré también de vaqueros. No vaya a ser que dé una imagen demasiado llamativa para quedar con una "amiga monja". Una camisa negra, no muy escotada, y una americana entallada, acaban siendo mi elección final. Eso sí, debajo un conjunto de tanga y sujetador negro, con muchas transparencias (hubiera preferido el tanga de los lacitos, pero sigue desparecido), y cómo nó!!, zapatos de fino tacón de aguja.                                                                                
Un último vistazo en el espejo de la entrada para comprobar que todo está en su punto, decirme a mi misma lo guapísima que voy, y a la calle, rumbo a una cita con aquella que hace un rato ocupaba mi calenturienta mente en un intenso juego que al final se quedó a medias...  Puede ser que el domigo aún resulte un día especial...

Continuará....

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

No hay comentarios:

Publicar un comentario