domingo, 29 de noviembre de 2020

SÁBADO, TOCA SIESTA...

Entro en tu cuarto con cuidado de no despertarte. Me deslizo a tu lado completamente desnudo contemplando esas pequeñas y tentadoras braguitas blancas.

Me pego a ti, acaricio con suavidad la sedosa piel de tus muslos y te voy acercando a mí. Mis dedos recorren el contorno de esas braguitas buscando alcanzar esa parte que cubre tu vientre.

Con decisión, casi con descaro, mis dedos van avanzando bajo ellas mientras beso tu cuello buscando que despiertes excitada con mis caricias sintiendo como mi erección crece entre tus nalgas y así llevarte a un intenso orgasmo sin que sepas muy bien si estás completamente despierta o si sigues en mitad de un perverso sueño.

Tras retorcerte golosamente, te das la vuelta y tu boca se lanza sobre la mía con apasionados mordiscos y después de deshacerte de esas ya empapadas braguitas, recorres todo mi cuerpo con esos labios ansiosos y esa traviesa lengua para llevarme a un punto de tremenda excitación cuando te apoderas de mi erección con esa lujuriosa boca que me hace estremecer de placer.

Luego vuelves a subir arañando mi pecho, mordiendo mis pezones y mi cuello, y me miras con los ojos inyectados de lujuria para susurrar en mi oído que vas a castigarme por ser un niño malo y haberte despertado.

Tus caderas se mueven frenéticamente hasta que consigues tenerme dentro de ti como deseas. Quieres otro orgasmo, quieres volver a explotar y yo te acompaño encantado en ese acelerado ritmo mientras me agarro con fuerza a tus nalgas.

Nos convertimos en dos ardientes seres sudorosos que tiemblan y gozan sin pudor. Dos cuerpos pegados hasta el punto de no saber donde termina uno y donde empieza el otro. Dos fieras hambrientas e insaciables que desean seguir pecando sin ningún tipo de arrepentimiento.

Y así, terminar entregados al más adictivo e inconfesable de los placeres. Y dedicarnos esas miradas cómplices, viciosas y enamoradas que invitan a pensar que la siesta se confundirá con la noche y se juntará con el desayuno del domingo.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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