domingo, 22 de diciembre de 2019

RECORDANDO ENTRE LAS SÁBANAS.

Sentir la suavidad de unas sábanas de seda sobre la piel desnuda después de un baño relajante y disfrutar de su roce mientras voy notando como mi cuerpo se va erizando y calentando.
Descubrir como los pezones se endurecen y se levantan reclamando los delicados pellizcos de mis dedos para temblar nerviosamente aumentando mi calor y mis ganas de sentirme de nuevo mujer.
Mis muslos, acariciados por la fina tela, se abren al notar el calor bajo el encaje blanco de mis húmedas braguitas, invitando a mis manos a jugar con mis recién depiladas ingles y apretar los cada vez más hinchados labios en un lujurioso momento que transporta mi mente al cálido lugar donde me transformo en una caperucita hambrienta y deseosa de devorar al peligroso lobo que últimamente me hace recordar sensaciones que ya creía olvidadas...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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jueves, 12 de diciembre de 2019

INOLVIDABLES PRIMERAS VECES.

Han pasado ya tres días y aún me escuecen las nalgas cuando me muevo en la silla. Y esa sensación me traslada una y otra vez a esa inolvidable noche a las órdenes de mi señor.

Sigue pareciéndome algo imposible de creer, algo que ni siquiera podría haber imaginado hace apenas unos meses. Pero ese delicioso escozor de mis nalgas todavía enrojecidas me obliga a aceptar la realidad de mi completa fascinación por esos juegos a los que él me ha ido guiando con su exquisita delicadeza y ternura.

Intensos juegos llenos de "primeras veces" que me hacen pensar continuamente en el momento de volver a entregarme a sus perversas manos.

Me sorprendo a mí misma aceptando los retos que su traviesa mente sugiere. Nunca creí ser capaz de acudir a una cita con una corta faldita sin nada más que unas medias a medio muslo bajo ella, y me río nerviosa al recordarme caminado hacia su coche sintiendo una sensación de frío entre las piernas que curiosamente me encendía deliciosamente. Y luego, esas manos suyas tratando de descubrir si había cumplido sus deseos mientras yo esquivaba sus manos y me hacía de rogar diciéndole que esperara a llegar al hotel.

Hasta que, una vez a solas en la habitación, no pude ni quise evitar sus caricias bajo mi falda. Caricias que me hacían suspirar viendo como él disfrutaba de mi entregada obediencia.

Sabía muy bien lo que me hacía estremecer. Conocía perfectamente la manera de llevarme a un punto sin retorno con sus dedos haciendo brotar una imparable humedad que bajaba por mis temblorosos muslos, acelerando mis ganas de ser suya en aquel mismo instante.

No dudé un segundo en complacerle cuando me pidió que me volviera y levantara mi falda. Sentía su mirada y su deseo, y con la primera nalgada, todo mi cuerpo se estremeció haciéndome gemir. Y de repente, sin que yo supiera de dónde había salido, una fusta recorría mis muslos y mis nalgas para luego comenzar a descargar suaves azotes que me llevaban a un punto de excitación al que no recordaba haber llegado en mi vida.

No logro olvidar mi manera de jadear y de suplicar que no parara, que siguiera con aquel delicioso castigo. Una nueva primera vez, otra inolvidable experiencia entregada a la lujuria de mi señor ante la que yo me rendía y temblaba mientras él se desnudaba sin dejar de jugar con la fusta entre mis piernas logrando volverme loca y a punto de llegar a un salvaje orgasmo.

Y cuando me tomó en sus brazos para terminar de desnudarme por completo y tumbarme en la cama, supe que caería en la tentación de ser suya siempre que él me lo pidiera.
Sus labios y su lengua recorrieron mi cuerpo antes de terminar devorando apasionadamente mi empapado sexo. Todo mi cuerpo se estremecía oyéndole pedirme que gozara, que le entregara ese sabroso orgasmo que le pertenecía...
¡Y claro que era suyo!, ¡y claro que se lo entregué sin ningún reparo!

Todos mis orgasmos le pertenecen, incluso cuando él no está y mi mente vuela recordando cada momento compartido y mis dedos tienen que calmar el ardiente infierno que nace entre mis piernas pensando en él. Y termino retorciéndome entre las sábanas reconociendo que necesito volver a ser suya, admitiendo que mis dedos son unos simples aprendices frente a los suyos...
Y su boca...
Y su fusta...
Y su...
¡UFFFFFF!

MICHEL GARCÍA
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martes, 10 de diciembre de 2019

EXCITANTE RITUAL.

Pasan los meses, pero desnudarla lentamente sigue siendo un excitante ritual al que me entrego golosamente con la devoción de quien desenvuelve el regalo navideño más esperado.

Mis manos van poco a poco dejando al descubierto pedacitos de su erizada piel y mis sentidos se alborotan al mismo ritmo que va creciendo su excitación.

Ella se deja hacer. Goza del momento sabiéndose diosa venerada y puedo ver y oler el calor que brota de cada uno de sus poros. Mis dedos la rozan y ella se estremece disfrutando de esa metamorfosis que la va transformando en una hembra  pecadora que se rinde al placer de mis lujuriosas caricias.

Prenda a prenda, el delicado envoltorio va quedando en el suelo sin que yo pueda apartar la vista de esa sinuosa figura que se retuerce voluptuosamente mientras se muerde los labios. Me concedo unos segundos de placentera contemplación, admirándola como si fuera la primera vez que la veo, antes de desabrochar el blanco sujetador de encaje y dejar al descubierto sus pequeños pechos erizados y ella suspira y jadea pidiendo con la mirada que los bese...

Pero antes, mis manos comienzan a bajar sus húmedas braguitas dejándola desnuda, excitada y deseosa de sentir el calor de mi boca recorriéndola con la pasión que mi diosa se merece cada noche...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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PUEDE QUE ALGUNA TARDE...

Algún día, alguna tarde, los astros se alinearan y podré gozar del mágico espectáculo que supone ver a Milady Colibrí disfrutar relajada de una merecida siesta.

Y tendré que contener mis ganas de besar esa tentadora tela que cubre el sabroso manjar que tanto deseo.

Quizás lo consiga y no salte sobre ella, y espere antes de despertarla con miles de besos en esas cálidas y suaves nalgas. Estoy seguro de que si lo hiciera, ella se despertaría al segundo beso y se haría la dormida para gozar de esa sensación de sentirse deseada y devorada por su hambriento y apasionado Milord, dejándose invadir por el placer que la hace estremecer hasta volverse una hembra entregada a la lujuria.

Y probablemente, al final, será ella la que se encienda y posea a su amante incondicional hasta convertirlo en esclavo de los instintos de esa mujercita viciosa que reclama su momento de locura entre las piernas del culpable de sus más inconfesables y perversos sueños.

MICHEL GARCÍA
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miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Y AHORA QUÉ? (TERCERA PARTE)

Otra vez sumido en la inquietante duda sobre su desaparición. Otra vez dando vueltas en mi cabeza a infinitas posibilidades, y otra vez recordando cada noche el adictivo sabor de su piel.
La sensación de tener asumida su pérdida se había desvanecido por completo, y ahora se añadía ese nuevo e inesperado capítulo que me hacía pasar la mayor parte del tiempo libre recorriendo las calles buscando su cara entre la gente.
Pero el resultado volvía a ser desalentador y la ansiedad se apoderaba de nuevo de mí. Pasaba los días en modo automático hasta que el cansancio me llevaba de vuelta al solitario apartamento pensando que en unas semanas tendría que reincorporarme a mi antigua oficina y eso suponía perder la única pista que tenía sobre ella.
Pero, a pesar de mi apático estado, aquella tarde, en cuanto cerré tras de mí la puerta, sentí claramente una extraña sensación. Una fracción de segundo que no me permitió más que pararme antes de recibir la embestida de alguien que retuerce mi brazo inmovilizándome contra la pared mientras tapa mi boca con su mano.
- No pretendo hacerte daño, pero lo haré si es necesario. Si prometes relajarte y escucharme, te suelto y nos sentamos tranquilamente en el salón y te daré las explicaciones que necesites.
Asentí sin dudar. Tampoco tenía muchas opciones, y estaba claro que físicamente no iba a solucionar nada. Ella aflojó poco a poco la llave y me fue guiando hacia el sofá, y así pude verla y confirmar que era la escultural y atlética mulata con la que Bega se había subido al coche aquella mañana de domingo en la que los fantasmas del pasado se habían vuelto a cruzar en mi camino.
Sentados frente a frente en mi pequeño salón, pude apreciar claramente la impresionante figura de una mujer que trabajaba su cuerpo duramente en el gimnasio, y sus grandes ojos de color miel de mirada penetrante de mujer segura de sí misma acostumbrada a no andarse con rodeos.
- En primer lugar, quiero disculparme por aparecer así, pero no podía arriesgarme a montar un número en la calle. Espero haber medido mi fuerza y no haberte hecho mucho daño.
- Está bien. Mañana me dolerá el brazo, pero mi cabeza está a punto de estallar, así que espero ansioso tu explicación.
- Estoy aquí para pedirte que dejes de buscar a Bega. Ella no sabe que la has visto y seguido, y tampoco sabrá por el momento que estoy hablando contigo. Te aseguro que mejor así, correríamos riesgos innecesarios, nosotras y tú, y se comprometería la seguridad de mucha gente.
- No entiendo nada. Simplemente apareció después de tantos meses y quise acercarme buscando respuestas a su incomprensible forma de desparecer sin ninguna explicación. Y ahora te presentas aquí y me hablas de riesgos, de seguridad, y ni siquiera sé quién eres...
- Me llamo Erika. Bega y yo somos compañeras de trabajo y casi hermanas desde que éramos unas niñas. No puedo contarte mucho más, pero para tu tranquilidad, ella no pudo hacer las cosas de otra manera, y te aseguro que fue la decisión que más le costó tomar en todos estos años.
- Ya, y me temo que no vas a aclarar ninguna de mis dudas, y que no tengo otra que creerte y seguir haciéndome preguntas sin respuesta.
- Lo siento, pero es así. Pero te diré una cosa, me caes bien, y te aseguro que nunca vi a Bega tan feliz y radiante como cuando estaba contigo.
- Pues ahora mismo no sé si me sirve de mucho.
- Tranquilo, ella te contará el resto de la historia en cuanto sea posible. Sé que quiere hacerlo, pero te juro que aunque me caigas bien, si haces algo que pueda poner en peligro nuestra tapadera, no dudaré un segundo en hacértelo pagar.
- Te creo, te creo... Aunque no sabría cómo destapar algo que no sé de qué se trata...
- Simplemente, sigue con tu vida sin buscar a nadie ni hacer preguntas. Cuando sea el momento adecuado tendrás las respuestas.

Continuará...

MICHEL GARCÍA
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martes, 12 de noviembre de 2019

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Disponibles mis relatos en formato papel y en e-book.

MICHEL GARCÍA
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miércoles, 30 de octubre de 2019

SIN CONTAR CON ELLO.

No lo buscaba, pero ella apareció de la nada para alborotar mis sentidos y despertar mis demonios.

Sin contar con ello, me fui convirtiendo en un adicto a su cálido aroma, y su culo se volvió mi rincón favorito del universo.

Y así descubrí que en mi interior habitaban tres poderosos seres. Un oso que se moría por abrazarla, un lobo hambriento con ganas de comerla, y un dragón siempre dispuesto a encenderla.

MICHEL GARCÍA
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lunes, 21 de octubre de 2019

LA MIRADA DE MI COLIBRÍ.

Ella tiene esa maravillosa mirada que logra que corra un delicioso escalofrío por mi espalda. Consigue que todos mis sentidos se pongan en alerta y se centren en su impactante figura mientras desparece todo lo que la rodea.
Esa morena flacucha de mirada penetrante me tiene completamente hechizado, ¡y lo sabe! Y lo usa con perversa premeditación para hacerme sentir el hombre más feliz de la Tierra cuando recorro su suave piel besando uno a uno esos lunares que dibujan las rutas del placer que deseo repasar cada noche.
Mis labios saborean esos exquisitos lugares dedicándole a cada uno de ellos el tiempo necesario para conseguir que se vayan convirtiendo en ardientes volcanes que transmiten temblores a su frágil cuerpo mientras yo los paladeo disfrutando de su sabor.
El calor crece en nuestros cuerpos y ella se retuerce entre jadeos invitándome a buscar un nuevo lunar entre sus curvas. Imposible negarse a seguir, imposible no gozar viendo como su ropa va desapareciendo para dejar a la vista golosos territorios dispuestos a ser acariciados, besados, mordidos...
Voy completando cada parada a través de esos senderos de la pasión que discurren por ese cuerpo creado para ser devorado, pero con la certeza de que dejaré para el final esos tres lunares que tanto desea visitar mi traviesa lengua.
El sugerente lunar situado cerca de la comisura de sus labios se convierte en la antepenúltima parada, y rápidamente su boca responde buscando morder la mía.
Poco después, llevo mi lengua al situado en el borde de la erizada aureola de su pezón izquierdo. Sus suspiros se vuelven gemidos mientras se retuerce para que yo pueda apoderarme de él y su mano agarra con fuerza mi cabeza. Noto su acelerada respiración y sé que mi travieso colibrí está gozando al sentirse presa de una morbosa e imparable excitación.
Pero aún queda una última parada. Me dirijo decididamente a ese mágico lunar a medio camino entre su ombligo y su ya desnudo y encendido monte de venus con la intención de ver y sentir como sus temblores aumentan y que eso me permita llenarme del embriagador aroma que fluye a borbotones entre sus piernas inundándolo todo con cada estremecimiento y cada gemido.
Y en ese punto ya no hay lugar para la cordura. Todo se acelera y esa ansiosa hembra en celo está a punto de tomar las riendas para guiarme a ese paraíso terrenal donde se harán realidad sus más inconfesables fantasías, ese donde el tiempo se detiene, ese donde la palabra pecado pierde todo su significado.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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