No lo buscaba, pero ella apareció de la nada para alborotar mis sentidos y despertar mis demonios.
Sin contar con ello, me fui convirtiendo en un adicto a su cálido aroma, y su culo se volvió mi rincón favorito del universo.
Y así descubrí que en mi interior habitaban tres poderosos seres. Un oso que se moría por abrazarla, un lobo hambriento con ganas de comerla, y un dragón siempre dispuesto a encenderla.
MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO
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