lunes, 15 de abril de 2019

EN CUERPO Y ALMA.

FOTO: Stheisy Malihbú.

No hace mucho, tuve la fortuna de coincidir con una de esas mujeres cuya fuerza, cuya capacidad de lucha y su habilidad para destacar en cualquier lugar impresiona tanto o más que su escultural figura.
Una de esas guerreras sin armadura que encajan los golpes y se levantan de la lona con una desafiante sonrisa para volver a ponerse en guardia diciéndole a la vida que "hay niñas que pegan más duro", para luego sacudirse el polvo mientras deslumbran con su espectacular escote.
Fue fácil comprender que se trataba de alguien especial. Y fue más fácil aún sentirme cómodo cerca de ella y entender que sería sencillo encajar con aquella mente inquieta y curiosa que gobernaba tan delicioso y deseable cuerpo.
Conocer sus batallas sirvió para confirmar esa idea de luchadora capaz de enfrentarse a pecho descubierto, y también logró que apreciara cada instante compartido admirando su fuerza sin dejar de disfrutar de sus curvas.
En mi traviesa mente se iban guardando imágenes suyas con la certeza de saber que por muy atrevidas que pudieran llegar a ser mis fantasías, la realidad siempre superaría a la ficción...
Pero esta vez no habrá detalles. Dejaré que cada uno se monte su propia película, que cada uno ejercite su mente y ponga los escenarios y el guion que más les guste...
Sé que es un ejercicio complicado para lo poco acostumbrados que estamos en estos tiempos a activar nuestras neuronas. Y podría apostar, sin miedo a equivocarme, que aún dejando aquí una sugerente y provocativa foto de mi amiga, poca gente podrá llegar a acercarse a la excitante realidad que supone rozar, acariciar y saborear el cuerpo de una diosa guerrera como el suyo...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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