jueves, 5 de julio de 2018

OTRO DÍA EN LA OFICINA. (QUINTA PARTE)

Con la compañía de Luisa, la tarde del sábado se pasó rápidamente entre risas, cervezas y un informal picoteo antes de que un taxi nos llevara a LA MAISON DU LUOP NOIR.
En las afueras, habían convertido una antigua fábrica en un espectacular local con múltiples espacios donde la decoración y la iluminación diferenciaban temáticas relacionadas con el mundo BDSM. Tras una breve visita por esos espacios en la que solo nos permitían un pequeño acercamiento, nos dirigieron al loft de la parte superior donde se celebraba la verdadera fiesta de inauguración.
Fuimos disfrutando de cada pequeño show preparado para la ocasión, gozando de los esculturales cuerpos de chicos y chicas mínimamente cubiertos por cueros, látex y transparencias... Luisa estaba encantada, y sus ojos brillaban sin perder detalle ni cortarse a la hora de aceptar las invitaciones a acercarse y participar fugazmente de aquellas escenas.
Cada poco, una atenta y deliciosa camarera se ocupaba de que nuestras copas estuvieran siempre llenas de un frío y burbujeante cava, y Luisa aprovechaba para agarrar con fuerza mi mano y apretar su voluptuoso cuerpo contra el mío antes de brindar y hacerme probar sus sabrosos y carnosos labios.
Dejamos que la noche nos fuera embrujando y excitando en aquel ambiente tan especialmente cuidado, hasta que, justo a medianoche, la música y las luces cambiaron y se abrió el telón del fondo del local. Allí apareció un personaje vestido al estilo de los antiguos directores de pista de circo que fue invitándonos a acercarnos alrededor del escenario principal. Comenzó por agradecer nuestra asistencia diciendo que para la dirección del club sería un honor que esa noche todos nos fuéramos a casa excitados y con ganas de más (el guiño pícaro de Luisa fue el gesto cómplice que confirmó que en su caso lo estaban logrando...).
Mientras aquel personaje hablaba, los que antes representaban variadas escenas en los pequeños escenarios, repartían ahora un pequeño libro encuadernado en cuero negro con la cabeza de un lobo grabada en la tapa, y el jefe de pista iba explicando que allí teníamos las normas, las condiciones y toda la información necesaria para hacernos miembros vip y así poder asistir y disfrutar del club con plenos derechos.
Siguió con su discurso de presentación pidiendo que dejáramos esa información para otro momento, ya que ahora quería que nos centráramos en seguir disfrutando de la fiesta, y que por su parte, simplemente nos robaría unos minutos más de atención, los necesarios para que conociéramos a la culpable de que aquel lujurioso infierno del placer estuviera allí a nuestra disposición...
Y las luces se centraron en la aparición por el fondo del escenario de una espectacular figura femenina cubierta con una capa gris con capucha que al caminar mostraba las altísimas botas de cuero negro que cubrían sus piernas. Escoltada por dos conejitas rubias al más puro estilo Playboy, se acercaba lentamente al borde del escenario tirando de las correas que ambas conejitas llevaban alrededor de su cuello.
Entre los acordes del tango que acompañaba su puesta en escena, el presentador pedía un caluroso aplauso para Lady M, Reina de los lobos, dueña del club y Ama exigente y dispuesta a someter a todos los que tuvieran la valentía de entregarse a ella. De reojo, pude ver a Luisa aplaudir entusiasmada sin dejar de suspirar y sin apartar la mirada de aquella impresionante mujer...
Lady M se quitó la capucha para mostrar la gran máscara veneciana que cubría su rostro haciendo imposible conocer su identidad (según el maestro de ceremonia, eso era algo limitado a unos pocos elegidos a quienes ella otorgaba personalmente ese privilegio). Luego se colocó de espaldas al público y chascó los dedos para que las obedientes conejitas le quitaran la capa, y los aplausos crecieron ante la maravillosa imagen de aquella hermosa espalda desnuda sobre la que caía una brillante melena negra que llegaba hasta el borde de unas sugerentes y ajustadas bragas negras de encaje.
Con una excitante lentitud, comenzó a girarse, y cuando terminó de hacerlo, mientras las atentas esclavas cubrían sus pechos con sus manos enguantadas, ella, orgullosa y altiva, recibía los ardorosos vítores y aplausos de los enfervorizados y entregados asistentes, tras la gran máscara que mantenía su secreta identidad. Luisa se mordía los labios con las mejillas encendidas, casi jadeando, al igual que todos los allí presentes... todos menos yo...
Estaba paralizado, casi en estado de shock. Había reconocido claramente quien era Lady M... el gran tatuaje en su costado derecho había hecho que mi cuerpo se enervara y que un brutal escalofrío recorriera mi espalda...

Continuará...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

derechos reservados

2 comentarios:

  1. Vamos llegando a el desenlace con mucha esquicites de placer ;)

    ResponderEliminar
  2. El rompecabezas se va aclarando...pero...
    💋💋😍😍

    ResponderEliminar