viernes, 3 de enero de 2020

BUENAS INTENCIONES.

No hay manera, por mucho que lo intento, no logro poner en palabras todo lo que tu presencia provoca en mi mente y en mi cuerpo.

Debo admitir que no tengo esa habilidad tuya para trasladar al papel esas sensaciones tan intensas que traspasan la piel y alborotan el alma logrando que el tiempo se detenga y que todos los sentidos se aceleren entrando en un estado de alerta y excitación.

Una y otra vez pongo mi cabeza a funcionar buscando que las ideas fluyan, pero el resultado no hace más que confirmar que tu manera de transmitir es única y sorprendente.

Y claro, con tanto rebuscar en mi imaginación, termino por recordar cada momento a tu lado, cada caricia de tus increíbles dedos, y mi piel se eriza de nuevo haciendo que ya no pueda concentrarme en intentar escribir.

Mi mente vuela, mi cuerpo se estremece, mi respiración se acelera imaginando que estás pegado a mí y que tus manos me desnudan para luego recorrerme con la seguridad del amante experto que conoce los lugares adecuados y el ritmo perfecto para llevarme al paraíso de los sentidos.

Y así, una vez más, mis buenas intenciones de convertir en letras toda esa deliciosa locura de emociones que logras hacer brotar en mí, terminan por excitarme, y aún sabiendo que mis dedos nunca podrán igualarse a los tuyos, buscaré calmar mis ganas mientras espero que llegue la hora de volver a tenerte desnudo en mi cama.

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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