miércoles, 18 de octubre de 2017

JANA (VIII)

Jana seguía atenta y expectante el interesante relato, viendo cómo Prista se apasionaba por momentos al mencionar la aparición de la Hechicera Blanca, y eso la llevó a recordar sus escapadas adolescentes a la zona de los libros prohibidos de la biblioteca de palacio.
Cuando era una curiosa e inconformista jovencita pasaba mucho tiempo en la biblioteca, y pudo descubrir una entrada oculta entre las viejas estanterías que llevaba a una pequeña estancia repleta de antiguos manuscritos y viejos ejemplares encuadernados de manera artesanal. Saber que era una zona prohibida despertó aún más su interés y la llevó a escaparse a escondidas para empaparse de aquellas antiguas historias donde se hablaba de la olvidada Estirpe del Dragón, aquellos a quienes se consideraba descendientes directos de los Dioses primigenios creadores del Universo. Recordó que allí se hablaba de una Diosa de Luz Blanca a quien se le atribuía el título de Señora de los Dragones, y que sería la encargada de despertar al legítimo heredero de la Estirpe para que devolviera a los Dragones al lugar que les correspondía reinando sobre el resto de los seres del Universo.
Pero un día, la secreta entrada desapareció sin más, y tuvo que olvidarse de aquellas leyendas sabiendo que de nada servirían sus preguntas.
Nunca le había hablado de aquellos libros ni de aquellas historias a nadie, y poco a poco fue pasando a ser un recuerdo que ahora Prista volvía a despertar con el relato de su aventura. Generosa, la guardiana del legado de la Estirpe aparecía en escena, y todo parecía indicar que no era algo casual, que todo estaba de alguna manera conectado en una causalidad dirigida y orquestada con un propósito por ahora desconocido...
Prista se había levantado a por más café y su escultural cuerpo desnudo volvía a buscar el cálido refugio que la manta y la suave piel de Jana ofrecían cuando el timbre de la puerta las sobresaltó...
Tras comprobar que Bea estaba al otro lado de la puerta con cara de no conformarse sin obtener una respuesta, sus miradas se cruzaron en un gesto cómplice y lascivo. Su instinto vampírico se había despertado, y sin necesidad de palabras, dejan pasar al tierno y enfurruñado animalito mientras se relamen divertidas al ver como su expresión de enfado cambia en un instante mirando sus cuerpos completamente desnudos.
Sin el más mínimo atisbo de resistencia, Bea se deja desnudar sobre la cama, suspirando con cada caricia con las que ambas recorren cada rincón de su cuerpo. Totalmente entregada, ofrece su cuello a los afilados colmillos de Jana y abre sus piernas gimiendo de placer al sentir cómo la lujuriosa lengua de Prista recorre su empapado sexo hasta hacerla temblar gozando de su papel de presa poseída por aquel par de deliciosas criaturas que la llevan a explotar en increíbles orgasmos.
Y ya no hubo tiempo para seguir hablando del mágico bosque del lejano Lonjorn. El ambiente se llena de jadeos, de sabores y olores a sangre caliente y sudorosos cuerpos entrelazados en apasionados momentos de placer carnal con cada una de ellas centrada en satisfacer sus más íntimos instintos, sin olvidarse de regalar placer a sus compañeras, dejando que las horas fueran pasando disfrutando de la inesperada y golosa aparición de Bea...

Continuará...

MICHEL GARCÍA
LEGNA LOBO NEGRO

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